lunes, 25 de abril de 2022

Alucinado matutino que venga

¡Buenos días!

Pues sí, que venga por mí (de venir, no de vengar, que no hay afrentas que reparar) así o perfectamente sereno, y si es así, que su embelesada embriaguez sea más por su propio entusiasmo que provocado por alucinógenos que obnubilan la sesera y su percepción de la realidad. En cualquier caso, como siempre, disfrutaré del bienestar que me proporcionan con su mera presencia, sin otras consideraciones. Tras el lluvioso y desapacible fin de semana, casi invernal, la primavera vuelve hoy por sus fueros menos aguerridos, con sol de rubios cabellos a raudales y 20ºC de máxima prevista por los madriles.

Este fin de semana estuve en el cine viendo "El hombre del norte" ("The northman", 2022), de Robert Eggers, y con Alexander Skarsgård, Anya Taylor-Joy, Nicole Kidman, Claes Bang, Ethan Hawke, Björk, y Willem Dafoe. Tercer largo de este director, de quien había visto sus dos anteriores, "El faro" ("The lighthouse", 2019) y "La bruja" ("The witch", 2015).

A finales del siglo IX un joven príncipe vikingo, poco más que un niño, cuando está siendo guiado por su padre en un ritual para convertirse en hombre, ve como su tío mata a su padre el rey y secuestra a su madre. Huye solo para salvar su vida y clama venganza, jurando salvar a su madre y matar a su tío cuando tenga oportunidad. Han pasado los años, se ha convertido en un poderoso guerrero berserker del clan que lo adoptó, que se dedica al saqueo contra otros pueblos más al sur. Una vidente le recuerda su juramento ya olvidado, así que se infiltra como esclavo en un barco que los lleva a la remota e inhóspita Islandia (recién colonizada por los vikingos), donde el clan de su tío se tuvo que desterrar tras ser derrotado por el rey de Noruega, y con la ayuda de una esclava que viaja con él trama su plan de venganza.

Buena película en general (nota: 6), de espléndidas música y fotografía, muy pictórica, y demás aspectos formales, incluida su cuidadísima ambientación histórica, pero cuya historia, basada en una leyenda escandinava sobre el príncipe Amleth, la misma que inspiró el "Hamlet" de William Shakespeare, o quizá su modo de enfocarla, me dijo más bien poco. Historia de una espiral de épicas venganzas, o no tan de epopeya debido a su turbia atmósfera, de luchas y traiciones encadenadas, salvaje, muy visceral (en algún momento incluso literalmente) y sangrienta en diversos pasajes, embebida de visiones alucinógenas en otros. Rezuma testosterona, lo que suele repeler mi buen gusto la inmensa mayoría de las veces, aunque con excepciones, como la que inundaba sin mesura la película "300" (2006) de Zack Snyder, básicamente por su apabullante factura visual, tan impecable como otros de sus aspectos estéticos y técnicos, y que me gustó algo más que la hoy glosada a pesar de sus pesares.

Pues ya viene la sabiduría ajena, que tal vez nos ayude a discernir entre ser o no ser lo que sea ante los avatares de la vida:

 - "Una persona que quiere venganza guarda sus heridas abiertas".  (Francis Bacon).

 - "La justicia es la venganza del hombre social, como la venganza es la justicia del hombre salvaje".  (Epicuro de Samos).

 - "La vida tiene un lado sombrío y un lado brillante. De nosotros depende elegir el que más nos plazca".  (Samuel Smiles).

Besos y abrazos,

Don.

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