martes, 12 de abril de 2022

Queridísimos matutinos, no os pienso dejar

¡Buenos días!

Siempre estaré a su lado, a sol y a sombra, aunque si ellos fueran a dejarme les dejaría partir y, tras un más o menos largo duelo, tal vez me buscaría unos buenos vespertinos en los que consolarme y con los que cambiar de rumbo. Pero de momento aquí seguimos... bajo el influjo de la arrebatada primavera, en esta jornada gris, lluviosa, tormentosa, en la que a ratos saldrá el sol. La máxima prevista para hoy por los madriles será de 16ºC.

Ayer por la tarde estuve en el cine viendo "Las cartas de amor no existen" ("Chère Léa", 2021), de Jérôme Bonnell, y con Grégory Montel, Grégory Gadebois, Anaïs Demoustier, Nadege Beausson-Diagne, y Léa Drucker. De este director francés había visto uno de sus anteriores largos, "El tiempo de los amantes" ("Le temps de la aventure", 2013).

Un cuarentón divorciado, tras una noche de borrachera, se planta por la mañana temprano, e inesperadamente, en la casa que antes compartía con su joven novia, que hace poco rompió con él, para recoger los últimos enseres que todavía le quedaban allí y, de paso, volver a manifestarle su amor. Tras un último revolcón, ella lo vuelve a rechazar y le pide que no vuelva más. Despechado, en lugar de ir al trabajo, se planta en el bar-restaurante de enfrente, desde el que ve el portal y la ventana de su apartamento, y entre café y café y mientras va atendiendo cuestiones profesionales por teléfono, se pone a escribirle una carta de amor manuscrita con la intención de recuperarla, cada vez más larga y que parece no tener fin, en la que acaba por colaborar con sus consejos el camarero del bar.

Muy buena película (nota: 7) esta, podría decirse, comedia romántica bastante peculiar, porque además de no ser muy cómica, aunque sí muy divertida, ni muy romántica, apenas nada, básicamente por su mirada a la cuestión, algo extravagante, como los personajes de trasfondo que habitan el barrio en que se desarrolla. La peripecia del atribulado y caótico protagonista, un tanto inmaduro en sus actos, se desarrolla en un solo día, de noche a noche, así como también la escritura de la carta, le llevará a enfrentarse a su pasado, a su presente, a reflexionar finalmente sobre ello, y así mejor encarar el futuro libre de ataduras emocionales que no le llevan a ningún sitio.

Bueno, a quien tampoco abandono es a mi reiterada cita con las citas de sabiduría ajena:

 - "En amor todo ha terminado desde el día en que uno de los dos amantes piensa que sería posible una ruptura".  (Paul Bourget).

 - "Querido amigo: ¿usted no ve como todo lo que sucede es siempre un comienzo? ¡Y comenzar, en sí, es siempre tan hermoso! Deje que la vida le acontezca. Créame: la vida tiene razón en todos los casos".  (Rainer María Rilke).

Besos y abrazos,

Don.

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