martes, 8 de enero de 2019

¡Al loro!... ellos, los matutinos

¡Buenos días!

Prestad atención: no sé si de tanto estar por ellos se me endiosarán estos matutinos, se empezarán a mirar el ombligo y a cometer excesos impropios de su naturaleza, y se echarán a perder. Yo creo que no, pero por si acaso, con la mosca detrás de la oreja por si los moscones, me cuidaré de que tal llegara a suceder. Los demás, haced lo propio. Seguimos de plácido invierno ensimismado, sin la más leve extravagancia, con frío helador por las madrugadas, aunque sin exageración, nulo viento, y tibieza térmica al mediodía gracias al radiante sol sin atisbo nuboso alguno. 12ºC de máxima prevista para hoy.

Ayer por la tarde estuve en el cine viendo "Silvio (y los otros)" ("Loro"), de Paolo Sorrentino, y con Toni Servillo, Elena Sofia Ricci, Riccardo Scamarcio, Kasia Smutniak, Euridice Axén, Fabrizio Bentivoglio, y varios otros más. De este director italiano había visto cinco de sus anteriores films: "La juventud" ("Youth", 2015), "La gran belleza" ("La grande bellezza", 2013), "Un lugar donde quedarse" ("This must be the place", 2011), "Il Divo" (2008), y "Las consecuencias del amor" ("Le conseguenze dell'amore", 2004).

Silvio Berlusconi, tras varios años como primer ministro en su segundo mandato, sale del gobierno tras haber perdido las elecciones de 2006, se encuentra en un delicado momento, pues casi seguro será juzgado por corrupción y demás lindezas. Mientras maquina como volver al poder lo antes posible y así librarse de la justicia, sigue con sus particulares extravagancias, excesos y demás escándalos: fiestones en los que se rodea de montones de jóvenes admiradoras, modelos y otras féminas de diverso pelaje, y que le son proporcionadas para sus bacanales por advenedizos (chulos) que tratan siempre de obtener algo a cambio (una concesión administrativa, un puesto político, etc.). ¡Cómo me suena esto también por estos lares... y por doquier (por ejemplo, Trump y compañía)!

Buena película en general (nota: 6), con sus más y sus menos, al más puro estilo de su director, de gran belleza formal, pero irregular y demasiado larga. Aunque basada en Berlusconi y algún otro personaje real más, esta sátira con toques oníricos y lisérgicos es una libre recreación de ciertos famosos pasajes de su vida reciente, muy mediáticas por su desmesura, la habitual de su protagonista, un hedónico seductor, casi que patético, un vividor aferrado al poder y amante del escándalo, y de jovencitas ligeras de ropa (o sin ella), todo un vendedor de humo, corrupto e intrigante, símbolo y parodia de todo un país (continente o mundo), quien como a la misma mierda le pulula toda una corte de moscones. Más que criticar al personaje, casi que lo hace a ellos, al resto, por borregos.

Bueno, pues ya llegan ellas, las citas de sabiduría ajena, para tratar de reconfortar nuestro intelecto:

 - "Lo que quiere el sabio lo busca en sí mismo; el vulgo lo busca en los demás".  (Confucio).

 - "La felicidad total del hombre consiste en disfrutar de la estimación de los demás".  (Blaise Pascal).

 - "Sólo por el respeto de sí mismo se logra el respeto de los demás".  (Fiódor Dostoievski).

 - "Ninguno cree que hace mal si los demás no juzgan que lo hace".  (Juan Luis Vives).

 - "Sustituir el amor propio con el amor a los demás es cambiar un insufrible tirano por un buen amigo".  (Concepción Arenal).

Besos y abrazos,

Don.
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