martes, 11 de diciembre de 2018

Apunto y disparo este matutino a mano armada

¡Buenos días!

Con mis dedos disparados como único arma que ametralla las teclas os voy perpetrando este nuevo matutino en el que voy apuntando algo de lo que por mi sesera va pasando, que espero os ayude a haceros una vaga idea, no sé si real o ficticia, de quien pueda ser yo, intentando no atracaros con mi excesiva verborrea. Por lo demás, os apunto, justo cuando comienza a despuntar el alba, que seguimos disfrutando de deliciosos días de otoño, tan calmados, hoy levemente más fresco, quizá por neblinoso.

Ayer por la tarde estuve en el cine viendo "Apuntes para una película de atracos", de León Siminiani. Es el segundo largo, y primero que veo, de este director, ambos documentales.

El director, fan de las películas de atracos, tiene el deseo de hacer una de ese género, pero no lo tiene muy claro, así que decide contactar con un mediático ladrón de bancos que se encontraba en la cárcel, y que utilizaba la técnica del butrón tras haberse infiltrado por la red de alcantarillado, habiéndose hecho famoso durante los recientes años de la crisis financiera, por haber cometido varios robos de gran cuantía hasta que fue detenido en plena faena en agosto de 2013. Visto que va a tener difícil llevar a cabo el proyecto, decide dejar este documental como apuntes, como guía de ayuda, por si otro director quisiera usarlos para su futuro proyecto de película de atracos... o simplemente quede como tal, como documental, como boceto de una obra no ya inacabada, sino ni siquiera empezada.

Una buena película (nota: 6) este original, interesante y curioso documental, con cierto deje de irónica sorna, con mucha cinefilia, que con entrevistas al detenido, imágenes de telediarios de la época, insertos de películas antiguas de ese género, grabaciones de móvil del propio butronero durante sus permisos carcelarios, etc. nos va relatando una peculiar historia de amistad entre ambos, que el roce hace el cariño, mientras ambos viven casi al unísono su primeriza paternidad viendo crecer a sus respectivos retoños, y como ambos van desgranando sus vivencias, el uno mientras prepara el documental (y lo va narrando en él) y el otro volcándose en sus memorias, con la idea de publicarlas (mientras nos las narra a cámara), a lo que le ayuda el cineasta. En la película se enfrentan antagónicos: el deseo y la realidad, los barrios ricos y pobres, la superficie y lo subterráneo, la calle y la prisión... juego de espejos en el que narrador y narrado se mimetizan el uno en el otro, y viceversa.

El protagonista era apodado en los medios como "El Robin Hood de Vallecas", quizá por ese refrán que dice que quien roba a un ladrón tiene cien años de perdón, y porque los bancos tenían entonces muy mala prensa (estafaron ¿a sabiendas? a un montón de ciudadanos), de la que no acaban de desprenderse... algo habrán hecho... y a lo mejor alguien les hace un documental como este, abriéndoles un agujero desde sus cloacas para ver su realidad.

Ahora, a modo de esbozo, ahí os regalo un par de ladronas citas de sabiduría ajena, no para que las hurtéis, sino para que las aprovechéis, si tal os parece, y así tal vez se lleven algo de ignorancia:

 - "La Ley, en su magnífica ecuanimidad, prohíbe, tanto al rico como al pobre, dormir bajo los puentes, mendigar por las calles y robar pan".  (Anatole France).

 - "El fuero para el gran ladrón, la cárcel para el que roba un pan".  (Pablo Neruda).

Besos y abrazos,

Don.
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