miércoles, 5 de diciembre de 2018

Matutino inesperado

¡Buenos días!

¡Claro que esperaba regresar de nuevo a estos matutinos!, siempre tan amorosos, siempre tan bien amados, en los que divago, viajo por mis adentros, me encuentro a mí mismo, para luego poder seguir ruta allende su mundo, rumbo a quien sabe dónde, puede que adonde mi propio devenir decida llevarme. Y tampoco es sorpresa, cosas de las previsiones meteorológicas, el soleado, tibio y agradabilísimo día que hoy nos depara el otoño, con 16ºC de máxima prevista por los madriles. Carpe diem.

Ayer por la tarde estuve en el cine viendo "El amor menos pensado", de Juan Vera, y con Ricardo Darín y Mercedes Morán. Es el primer largo de este director, también guionista y ya veterano productor de cine argentino.

Un matrimonio de cincuentones, con algo más de 25 años de feliz vida en común, despide en el aeropuerto a su hijo, que viaja a España a completar sus estudios universitarios. Tras unas primeras semanas en las que empiezan a planear qué hacer ahora que disponen de todo el tiempo del mundo para ellos dos, para reencontrarse como pareja, se abocan a una crisis existencial, sin objetivos vitales, viendo que el tedio y la falta de pasión se apoderarán de ellos... cosas tanto del tópico síndrome del nido vacío como del miedo a asomarse al cercano abismo de la vejez, así que sin saber muy bien por qué y de común acuerdo deciden separarse... quizá se les acabó el amor de tanto usarlo, que decía la canción, quizá buscan reactivarse anímicamente. Ya de solteros nuevamente, ambos van enlazando más o menos fugaces relaciones, bien amorosas, bien sexuales, que no acaban de cuajar.

Una buena película (nota: 6), con sus más y sus menos, a ratos rutinaria, quizá demasiado larga, y con momentos reflexivos, ingeniosos y divertidos. Melodramedia romántica, que se dice ahora, que a través de esta pareja madura que se cuestiona su amor y decide emprender singladuras por separado, nos habla de vivir nuevas aventuras de amor, deseo, pasión, cuando uno o los dos sienten fracasar lo vivido, de seguir navegando (o mejor, circunnavegando) por procelosas aguas que no se sabe que depararán ni a donde llevarán o traerán.

Ahora, como todos esperabais, llegamos a la sección de sabiduría ajena, que comienza con un extracto de tres citas de la novela "Moby-Dick" (su primera frase, y otras dos más), y dos de Blaise Pascal, pues la película comienza con el protagonista leyendo en voz alta esa novela, y luego este declara estar leyendo otro libro del segundo autor. Y dos más. Por supuesto, todas tienen mucho que ver con lo narrado en el film:

 - "Llamadme Ismael. Años atrás -no importa cuánto hace exactamente-, con poco o ningún dinero en mi bolsillo y nada en particular que me interesara en tierra, pensé que podría navegar por algún tiempo y visitar la parte acuática del mundo. [...] Si bien lo miran, no hay nadie que no experimente, en alguna ocasión que otra, y en mayor o menor grado, sentimientos análogos a los míos respecto del océano. [...] Permítanos hablar, aunque mostremos todos nuestros defectos y debilidades: porque ser consciente de ello y no esconderlo es una señal de fortaleza. [...]".  (Herman Melville, "Moby-Dick").

 - "El amor no tiene edad; siempre está naciendo".  (Blaise Pascal).

 - "El corazón tiene razones que la razón no entiende".  (Blaise Pascal).

 - "Amar es un mar alborotado de olas y vientos sin puerto ni ribera".  (Ramón Llull).

 - "A quienes me preguntan la razón de mis viajes les contesto que sé bien de qué huyo pero ignoro lo que busco".  (Montaigne).

Besos y abrazos,

Don.
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