Por
muy lunáticos que a veces parezcan, no creo que estos matutinos me escondan
nada tras su sombra. Es posible, pero lo veo difícil, pues cada mañana me cuelo
por entre sus más recónditos recovecos, y los de mis propias circunvoluciones
cerebrales, cuajados de destellos que chisporrotean en sus sinapsis neuronales,
que iluminan cualquier atisbo de oscuridad que pudiera haber por ahí,
aprendiendo mientras tanto. Hoy, de nuevo con 29ºC de máxima prevista por los
madriles y sol a raudales, ya sin la nubosidad de ayer que amagó tormentas, con
algún relámpago que otro y chispitas de agua perdidas en los no muy airados
remolinos de viento, todo es luz en esta mañana luminosa de otoño que encierra
ardores veraniegos abiertamente manifestados y nada reprimidos.
Ayer
por la tarde estuve en el cine viendo "Madame Hyde",
de Serge Bozon, inspirado muy libremente en el clásico de R.L. Stevenson
"El extraño caso del doctor Jekyll y el señor Hyde", y con Isabelle
Huppert, Romain Duris, José García, y Adda Senani. Es el primer largo que veo
de los de este director francés.
Una
excéntrica profesora, medrosa y pusilánime, da clases de física y electricidad
en un instituto de formación profesional en los suburbios de una ciudad. Sus
compañeros de claustro no la respetan, y es ninguneada por sus alumnos, quienes
constantemente le toman el pelo. Una noche de tormenta, preparando en su
laboratorio la siguiente clase sobre electricidad y calor, recibe una descarga
debido a un rayo que cae sobre sus aparatos de ensayo. Esto la trasforma en una
mujer diferente, con poderío, logrando por fin la atención de su clase. Además,
por las noches, presa del insomnio, deambula por las calles irradiando poderosa
energía, fulminando a quien se cruza en su camino, sin recordar nada a la
mañana siguiente.
Película
que me descolocó (nota: 5), que a ratos me interesaba y en otros me dejaba
indiferente, y que no me acabó de convencer, aunque siempre con un punto de
vista muy original, poco o nada convencional, que mezcla cine social sobre la
educación y cine fantástico, extraña amalgama. Comedia inclasificable,
excéntrica, que casi juega al despiste, y de sentido del humor muy, muy
peculiar. Más que una historia que bebe del clásico mito creado por R.L.
Stevenson, lo es sobre el arte de bien enseñar y, como dice su director, sobre
la dificultad de transmitir los conocimientos. También, como consecuencia,
sobre las necesarias transformaciones, de personas, procedimientos e
instituciones, para una mejor transmisión, más motivadora, del necesario
conocimiento a los alumnos, más o menos desganados.
Ahora,
para seguir aprendiendo, unas citas de sabiduría ajena, que tal vez arrojen luz
sobre las sombras que eventualmente nos pudieran apesadumbrar:
- "El que posee las nociones más exactas
sobre las causas de las cosas y es capaz de dar perfecta cuenta de ellas en su
enseñanza, es más sabio que todos los demás en cualquier otra ciencia". (Aristóteles).
- "Excelente maestro es aquel que,
enseñando poco, hace nacer en el alumno un deseo grande de aprender". (Arturo Graf).
- "La enseñanza se ha puesto muy
complicada, y uno ya no sabía ni qué enseñar, ni cómo enseñar, ni a quién
enseñar". (Gonzalo Torrente
Ballester).
- "No está en mi naturaleza ocultar nada.
No puedo cerrar mis labios cuando he abierto mi corazón". (Charles Dickens).
Besos
y abrazos,
Don.
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