miércoles, 24 de octubre de 2018

Pétreos matutinos

¡Buenos días!

Contra viento y marea, en este calmado, cálido y soleado día de otoño (22ºC de máxima prevista), siguen estos matutinos resistiendo los embates del tiempo, tanto el de la cuarta dimensión como el meteorológico, dejando de buen grado desgastarse por ellos, mientras se van convirtiendo en fluidos granos de arena, especie de montañoso fractal, que regatea por los más recónditos recovecos de mi ser, adaptándose a cualquier circunstancia conforme va llegando. Con los fríos y lluvias del próximo fin de semana, el proceso seguro se acelerará.

Ayer por la tarde estuve en el cine viendo "Petra", de Jaime Rosales, y con Bárbara Lennie, Àlex Brendemühl, Joan Botey, y Marisa Paredes. Es el sexto largo de este director, de quien anteriormente había visto su anterior y su segundo, "Hermosa juventud" (2014) y "La soledad" (2007).

Petra es una pintora que acude como aprendiz durante una temporada al taller de un mundialmente reconocido artista plástico, de muy difícil carácter, donde también entablará contacto con la esposa y el hijo de este. En realidad está allí porque tras haber seguido el rastro de difusas pistas, cree que el escultor podría ser su padre, tras haberse negado su madre a decírselo poco antes de morir. En su afán por descubrir la verdad, desencadenará toda una espiral de maldad (por acción u omisión, según el caso), mentiras y oscuros secretos familiares.

No me acabó de convencer (nota: 5) esta casi que tragedia de reminiscencias griegas contada, muy bien por cierto, casi que a salto de mata, en capítulos desordenados temporalmente. Aun siendo la más accesible de su filmografía, conserva plenamente su poco convencional y estupendo estilo formal, cuajado de fueras de campo, pleno de tensa intriga sin aspaviento alguno. Lo que más y menos me gustó fue prácticamente lo mismo, respectivamente: el sorprendente y atípico personaje del malo, perfectamente perfilado, un miserable cruel y perverso de tranquilas maneras; y el actor que lo encarnaba, un no profesional primerizo y setentón, que me desmereció bastante en relación al resto del elenco, pues le faltó la natural fluidez de estos en su interpretación.

A través del personaje principal, de pétrea fuerza interior, nos habla sobre la búsqueda de la verdad, ya sea en la vida (cosa extremadamente difícil), o en el arte (toda una entelequia para mí), y sobre la misión o utilidad de este en nuestras vidas. Y sobre la mentira, y el perdón (o no). También sobre lo complejo de las relaciones familiares.

Ahora unas citas de sabiduría ajena, necesario saber que espero nos ayude a evitar que seamos (o a quedarnos) de piedra las más de las veces:

 - "El arte necesita o soledad, o miseria, o pasión. Es una flor de roca, que requiere el viento áspero y el terreno duro".  (Alejandro Dumas, hijo).

 - "¿Qué ganarías con injuriar a una piedra que es incapaz de oírte? Pues bien, imita a la piedra y no oigas las injurias que te dirijan tus enemigos".  (Epicteto de Frigia).

Besos y abrazos,

Don.
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