martes, 30 de octubre de 2018

Matutinos que siguen vivos

¡Buenos días!

Todavía lo siguen haciendo, sorteando las posibilidades que podrían acabar con ellos en cualquier momento, observando lo que les rodea, tomando leve partido por ello o no según el caso. Como el otoño de estos días, que sigue revitalizándose, y revitalizándonos, a base de viento cada vez más fuerte y desapacible, con lluvias para hoy y sucesivos días, y máxima prevista de 9ºC.

Ayer por la tarde estuve en el cine viendo "Un día más con vida" ("Another day of life"), de Raúl de la Fuente y Damian Nenow. Se trata de una película de animación, con incrustaciones de imagen real, documental, basada en la novela homónima de Ryszard Kapuscinski, prestigioso reportero de guerra polaco, que narra sus andanzas durante los inicios de la guerra de Angola, en 1975, cuando iba a declararse país independiente, conflicto que duró casi 30 años. Del primero de los directores, español (el otro es polaco), había visto anteriormente un corto documental, "Minerita" (2013), que fue premiado con un Goya.

En 1975, poco después del fin de la guerra de Vietnam, y a pocos meses de la independencia de Angola, los portugueses se afanan por abandonar la colonia desde Luanda, su capital, sumida en el más absoluto caos y confusión, ante la inminente guerra civil que llama a sus puertas y enfrenta a dos bandos encontrados, alimentados por los polos opuestos que llevan luchando en su particular Guerra Fría desde hace más de 20 años, la Unión Soviética y los Estados Unidos, sin importarles lo que arrasan a su paso. Un periodista polaco, Ryszard Kapuscinski, es el único extranjero que queda por el lugar, y se empeña en ir al peligrosísimo frente sur, a casi mil kilómetros de la capital, jugándose la vida para entrevistar a un famoso líder guerrillero que ofrece numantina resistencia al acoso de la otra facción, mucho más poderosa. Por el camino se irá encontrando con otros carismáticos personajes.

Una muy buena película (nota: 7), original en su forma, que nos narra en animación una historia con acción y aventuras, y cierto aire entre literario y onírico sobre las crueldades de las guerras, su delirante caos y confusión, complementado con reales imágenes de archivo y entrevistas actuales a los ancianos supervivientes de aquella guerra. Con deje antibelicista, destila cuestiones de ética periodística, de dudas entre implicarse con el bando retratado o ser un mero observador objetivo de lo que sucede, cuestiones por las que todo corresponsal de guerra debe pasar (el protagonista acabó por decidir tomar partido). También, como consecuencia, de la influencia del periodismo sobre los hechos observados y posteriormente narrados, tal y como se destila del principio de incertidumbre, pues por el mero hecho de observar, el observador está modificando de algún modo el comportamiento de lo observado. Y de aceptar lo inevitable con resignado estoicismo mientras se entona el carpe diem a pesar del horror circundante, como el propio título indica.

Ahora unas citas de sabiduría ajena, que espero mantengan con entusiasta vida a nuestras entendederas y sus necesarias reflexiones:

 - "Un pueblo con vida, por diezmado que se encuentre, extrae de la adversidad médula y fuerzas".  (Henrik Ibsen).

 - "Y por un momento he sentido que a lo mejor una idea es más importante que el mero hecho de estar vivo, porque una idea vive mucho tiempo después de que uno haya desaparecido".  (Douglas Coupland).

 - "Debemos vivir y trabajar, en cada momento, como si tuviésemos la eternidad ante nosotros".  (Gabriel Marcel).

Besos y abrazos,

Don.
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