Cantando,
cantando, el mal se va espantando, parafraseando el refrán, y a eso están estos
matutinos, a cantar al mundo sus intimidades, desnudándose anímicamente en
parte, ocultando lo que creen menester, sea a sabiendas, por olvido, o por
ignorancia. Y trataré de no cantar en exceso no vaya a ser que vuelva a llover
(mañana lo volverá a hacer, seguro), que la madrugada se nos ha levantado fresca
y con algunas nubes velando el sol, en este interludio entre dos períodos
lluviosos tan típicamente otoñales. La máxima prevista para hoy será de 10ºC,
con viento desapacible a ratos. Así que no quedará otra que entonarse, no sé si
continuando mis canturreos, o abrigándose algo mejor.
Este
fin de semana estuve en el cine viendo "Quién te cantará",
de Carlos Vermut, y con Najwa Nimri, Eva Llorach, Carme Elías, y Natalia de
Molina. Es el tercer largo de este director y guionista (y también creador de
cómics), de quien había visto su segundo, "Magical girl" (2014).
Una
exitosísima cantante, Lila, que lleva diez años retirada del mundanal ruido,
sin dar conciertos ni sacar un disco, cuando estaba preparando su triunfal
regreso a los escenarios sufre un accidente que le provoca amnesia, un par de
meses antes de ese momento. Violeta, una mujer dominada por su tiránica hija,
que cada noche se evade de su realidad imitando a esa cantante, por quien está
absolutamente fascinada, en el karaoke donde trabaja como camarera, recibe la
visita de la representante artística de la vocalista proponiéndole algo
inusual: que enseñe a la cantante como volver a ser ella misma.
Una
espléndida película (nota: 8) que os recomiendo,
con todas las señas de identidad de la casa Vermut, a saber, películas
excéntricas en fondo y maneras, impecable estilo formal, bellísimo, e historias
oscuras, turbias, retorcidas y que generan desasosiego, más o menos según el
caso. Si bien en su anterior film la historia narrada no me llegó, no me dijo
apenas nada, esta vez sí que sí, incluso habiendo empezado por los mismos
derroteros me acabó por tocar el corazón, amén de mi intelecto. ¡Chapó!
Melodrama
musical, o al menos con mucha música, estructurado en tres partes, la primera
dedicada a la cantante, la segunda a la fan imitadora, y la tercera al
encuentro entre ambas y su mutua identificación. Nos habla sobre cuestionarse
quien es uno realmente, no reconocerse a uno mismo y hacerlo en el otro,
viviendo la propia vida a través de la de otros; sobre lo que mostramos y
escondemos a los demás de nosotros mismos; sobre la sutil frontera que separa
éxito y fracaso y lo difícil que es llegar a cumplir nuestros sueños; sobre
originales y copias, y de como a veces estas son mejores que aquellas; sobre lo
que estamos dispuestos a sacrificar por conseguir reconocimiento social y
gloria; sobre Saturno devorando a sus hijos... o viceversa, a sus progenitores.
Ahora
unas citas de sabiduría ajena, especie de canciones que nos hagan mejor
conocernos, y reconocernos, a nosotros mismos:
- "Si quieres oír cantar a tu alma, haz
el silencio a tu alrededor".
(Arturo Graf).
- "Cuando un poeta canta estamos en sus
manos: él es el que sabe despertar en nosotros aquellas fuerzas secretas; sus
palabras nos descubren un mundo maravilloso que antes no conocíamos". (Novalis).
- "Serás amado el día en que puedas
mostrar tu debilidad sin que el otro se sirva de esta para afirmar su
fuerza". (Cesare Pavese).
- "Un aplauso es el reconocimiento que a
todos nos deleita. Aunque, bien mirado, solo se trata de una efímera felicidad
encomendada a manos ajenas".
(Gertrudis Gómez de Avellaneda).
Besos
y abrazos,
Don.
_____
No hay comentarios:
Publicar un comentario