jueves, 18 de octubre de 2018

Matutina cabaña ganadera

¡Buenos días!

¡La leche!, a pesar de que se está poniendo muy gris la mañana y seguro las nubes se ordeñarán esta tarde, según las previsiones, cosas del otoño, salgo de nuevo a pasear pastoreando mi rebaño matutino, con los que tanto gano en bienestar, en lugar de refugiarme en cualquier chamizo que encuentre por ahí antes de que se ponga a caer agua, y a disfrutar lo que me toque, que la buena salud está en no encerrarse en uno mismo, cual estabulada vaca al refugio de las necesarias inclemencias.

Ayer por la tarde estuve en el cine viendo "Un héroe singular" ("Petit paysan"), de Hubert Charuel, y con Swann Arlaud y Sara Giraudeau. Es el debut en el largo de este director.

Un treintañero está al cargo de la pequeña explotación familiar de ganado para leche, sigue viviendo en la granja con sus padres, ya jubilados, y su única obsesión son sus vacas, a las que cuida con sumo esmero, cual sobreprotectora madre. Además, su nidífuga hermana es la veterinaria del lugar. Empiezan a llegar noticias de una epidemia bovina que cada vez se acerca más, hasta que un día una de sus reses cae enferma. No puede permitirse perder todas sus vacas si se descubriera esto y hubiera que sacrificar toda su cabaña por precaución sanitaria. Hará lo que sea por salvar sus animales.

Una buena película (nota: 6) que me gustó, y eso que soy un urbanita con gusto esporádico por la bucólica campiña domesticada, si acaso algo montaraz, sin excesos. Historia poco convencional, nada idílica, sobre la vida campestre de los pequeños propietarios y sus rutinas de sol a sol, casi sin días de descanso ni vacaciones. Rayano en lo documental en bastantes pasajes, es también un thriller con suspense y tensión, un drama rural y familiar, cómico por momentos, y una fábula campesino-burocrática (con ramalazo de crítica kafkiana por reducción al absurdo), cuyo agobiado y aterrado protagonista se aboca al borde de su propia locura, no sé si padeciendo una encefalopatía espongiforme en el ámbito psicológico, lo que le lleva a actuar cual pollo descabezado, o de seso abotagado al menos.

Ahora, en el redil de la sabiduría ajena, ahí os dejo un pequeño rebaño de citas, de entre las que he ido rebañando en mi cotidiano pastoreo de ellas:

 - "La leche, al pie de la vaca".  (Refrán).

 - "Cuando al pastor se le muere la oveja, paga con la pelleja".  (Refrán).

 - "¡Qué felices serían los campesinos si supieran que son felices!".  (Virgilio).

Besos y abrazos,

Don.
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