miércoles, 3 de octubre de 2018

Reseco matutino al margen

¡Buenos días!

Por las orillas de los matutinos llego hasta ellos cada mañana, a su apartado mundo, no sé si furtivamente ni con demasiadas alharacas, para intentar serenar el ánimo algo alterado por las turbulentas corrientes que a veces intentan llevarme donde no debiera. Por lo demás, lejos de las húmedas lluvias otoñales, seguimos resecos por culpa de este calor casi veraniego y sol inclemente que nos envuelve, un extraño fuera de lugar, al margen de lo que sugiere el calendario. Hoy 27ºC de máxima prevista.

Ayer por la tarde estuve en el cine viendo "Oreina (Ciervo)", de Koldo Almandoz, y con Laulad Ahmed Saleh, Patxi Bisquert, y Ramón Agirre. Es el primer largo que veo de este director.

Un joven desarraigado, hijo de inmigrantes saharauis, que vive junto a su madre en la periferia de una ciudad, allí donde confluyen esta, los polígonos industriales y un parque natural, donde se mezclan el agua dulce y el agua salada, se busca la vida como mejor puede, trapicheando mientras estudia formación profesional, y pasando la mayor parte del tiempo junto a un viejo del lugar, un furtivo que pesca ilegalmente angulas en la marisma y caza animales salvajes en el bosque colindante para disecarlos, todos protegidos, por lo que es vigilado por una concienzuda agente forestal, y que vive en una casa al borde de la ría junto a su hermano, emigrante o exiliado que regresó hace unos años, y con el que hace mucho tiempo que no se habla.

Una buena película (nota: 6), de muy buenas maneras formales, en la que me gustó su modo de narrar, bueno, de sugerir más que de narrar, pero cuya historia no me atrapó, salvo momentos sueltos, muy evocadores, sensoriales, parquísimos en palabras. Preciosa fotografía, muy contemplativa. Historia de unos seres variopintos, breves retazos de sus vidas dispersas por las orillas de lo convencional. Muy metafórica, difícil de pillar, pues hay que hilar fino, parece que como segunda lectura está la situación vasca, con gente nueva que llega, gente que huyó en su día y regresa, y un viejo mundo que parece arrumbarse con algunos otros de sus habitantes, que quieren irse de ahí, o se los llevan más o menos momificados.

Ahora un par de citas de sabiduría ajena, no digo más:

 - "¡Basta de silencios! ¡Gritad con cien mil lenguas! Porque, por haber callado, ¡el mundo está podrido!".  (Santa Catalina de Siena).

 - "Las palabras son sólo piedras puestas atravesando la corriente de un río. Si están allí es para que podamos llegar al otro margen, el otro margen es lo que importa".  (José Saramago).

Besos y abrazos,

Don.
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