¡Buenos
días!
No,
no es que haya bebido y dude de si veo doble... múltiple, o no, y además, cual
Quijote, ya no vea sino imagine un castillo amenazante... no, no deliro, o eso
creo, más bien que en este mundo no sé si almenado de los matutinos muchos son
los que fueron pero uno es este, el de ahora, el de hoy, que volará del nido en
cuanto lo dé a luz y lo lance al albur de los electrónicos bits, esperando que
vuelva, que vuelvan, cuando los necesite. De momento, mañana ya vendrá otro. Y
cuando aún estamos de otoño de calendario y quedan dos días para el solsticio
invernal ya llevamos muchos días de invierno sin crudezas, tantos que parecen
el mismo, con sol, frescor mañanero rayano en la helada y máximas rondando,
grado arriba o abajo, un día sí y otro también, los 10ºC por los madriles.
Ayer
por la tarde estuve en el cine viendo "Muchos hijos, un mono y un
castillo", de Gustavo Salmerón, y con su madre, y también su
padre, sus hermanos, y él mismo. Se trata de un documental, pero un tanto sui
géneris. Es el primer largo como director de este también actor, de quien había
visto algunas de las películas en las que intervino como actor.
Cuando
era joven la madre del director (Julita) tenía tres deseos: tener muchos hijos,
un mono y un castillo. Y cosas de la vida, esta le regaló esos tres deseos
cumplidos, pues tuvo 6 hijos (el director es el menor), un mono (y multitud de
otros animales), y cuando se hizo rica pudo adquirir el castillo... del que fue
desahuciada cuando la crisis del ladrillo, comida por las deudas. Todo comienza
con la búsqueda de unas vértebras que conserva nuestra protagonista de su
abuela asesinada en la guerra civil, mientras van apareciendo, en el caos
"diogenesiano" que es su casa, extraños objetos de lo más pintoresco
que van dando pie a sus peculiares reflexiones y a dar un repaso a la vida
familiar.
Muy
buena película (nota: 7) este documental, diríase que surrealista, sobre
los absurdos y disparates de la vida (en general y la familiar en particular),
con el desvergonzado desparpajo, frescura y autenticidad de su personaje
protagonista, todo un personaje que todo lo llena, que ha sido rodado durante
los últimos 14 años, y al que se han añadido breves insertos de películas
caseras de la familia de años más anteriores. Persona real y personaje parecen
confundirse en este documental que vi como una descacharrante comedia de
ficción, con momentos realmente hilarantes y con los que solté sonoras
carcajadas, básicamente por las contradictorias reflexiones, entre la
alucinación y la lucidez, de su magnética protagonista, tan madre como
cualquier madre. Por varias razones recuerda a los dos films que dirigió Paco
León con su rotunda y arrolladora progenitora como absoluta protagonista:
"Carmina o revienta" (2012) y "Carmina y amén" (2014).
Pues
frotando la lámpara de la genial sabiduría, me fueron concedidos estos tres
deseos en forma de citas ajenas, dos refranes y una canción:
- "Muchos hijos y poco pan, contento con
afán". (Refrán).
- "Todos se ríen del mono, y él de
todos". (Refrán).
- "Castillos en el aire".
(Alberto Cortez: letra, música e interpretación).
Besos
y abrazos,
Don.
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