jueves, 14 de abril de 2016

Creo que estos matutinos me invitan

¡Buenos días!

Pues sí, cada mañana me abren sus puertas de par en par, y con dulce amabilidad me permiten entrar en su mudo, con sus hadas y ninfas haciendo de perfectas anfitrionas. Y yo me dejo regalar, y salgo de aquí, tras los besos y abrazos, la mar de reconfortado. Y la primavera, en este agradabilísimamente soleado día con máxima prevista de 19ºC, nos sigue invitando a disfutar plenamente de la vida, a pesar de sus eventuales pesares, que gracias a ella se sobrellevan con mayor entereza y fuerza de ánimo.

Ayer por la tarde estuve en el cine viendo "La invitación" ("The invitation"), de Karyn Kusama, y con Logan Marshall-Green, Tammy Blanchard, Michiel Huisman, y Emayatzy Corinealdi. Es el primer largo que veo de esta directora, con el que ganó el premio de mejor película en el pasado festival de cine fantástico de Sitges.

Una pareja se encamina a la que fue la casa de él, invitado por otra pareja, en la que ella es la ex de él. Además, allí se reúnen con otros amigos más, que lo son desde la universidad, también junto a sus parejas, para celebrar la vuelta de ella, cenando y departiendo amigablemente. La anfitriona desapareció tras una mortal tragedia vivida junto a su anterior marido, y junto a su nuevo esposo se muestra ahora inquietantemente amable y feliz, como si nada. Él, que no ha superado ni olvidado el dolor empieza a tener sospechas de que algo siniestro ocurre tras tanto buen rollo, pero tal vez sean imaginaciones suyas.

Una muy buena película (nota: 7) este thriller psicológico sobre una reunión de amigos que deviene en pesadilla, pero esto muy al final, en el último cuarto de hora, cuando de repente todo explota. Al principio todo fluye con serena naturalidad, pero las inquietudes del protagonista (no sabemos si porque distorsiona la realidad a causa de sus aflicciones o están realmente fundadas) van haciendo que germine en los espectadores la sombra de la duda, que va y viene, que nos lleva y vuelve a traer al principio, en una paulatina escalada de tensión y suspense, con extrañas situaciones que surgen a cuentagotas, con el miedo al ralentí del punto muerto, hasta el estallido final de violencia irracional y su engañosa calma de después, con un final abierto y desolador que genera de nuevo mucha mayor inquietud.

Radiografía de esta nuestra sociedad occidental, tan miedosa a padecer física y emocionalmente, incapaz de asimilar lo que naturalmente tenga que ocurrir, por el transcurso normal del tiempo o por impredecible accidente, la vida es así y nada podemos hacer para evitarlo, y enganchada a mitigar los dolores de cuerpo y alma a base del abuso de drogas (recetadas o ilegales).

Y también nos habla de otras cuestiones, perfectamente resumidas en la primera cita de la sección de sabiduría ajena, de la propia directora del film:

 - "Los seres humanos pueden ser inducidos a realizar cosas inhumanas en nombre de la fe [...] Para mí, el mayor horror de este mundo es que seguimos tomando decisiones sobre el destino de terceras personas en nombre de nuestras creencias".  (Karyn Kusama).

Bueno, ahora os invito a seguir leyendo un par más, con la esperanza de que nos ayuden a sobrellevar lo que esté por venir:

 - "Bienaventurado el que sabe que compartir un dolor es dividirlo y compartir una alegría es multiplicarla".  (Facundo Cabral).

 - "Libérate de la ansiedad, piensa que lo que debe ser será, y sucederá naturalmente".  (Facundo Cabral).

Besos y abrazos,

Don.
_____

No hay comentarios: