¡Buenos días!
Otra mañana más en la que
estamos todos los aquí reunidos para celebrar los bienes que nos han sido dados
y el esplendoroso otoño que nos envuelve e inunda... no, no es que haya vuelto
a llover, sino que hay un radiante sol que nos llena con plenitud de unas
inmensas ganas de disfrutar de lo que nos es dado por esta maravillosa
estación. La máxima prevista para hoy es de 20ºC, y volverá a haber lluvias
para este fin de semana y principio de la siguiente, que apagarán las
eventuales ganas que pudiéramos tener de condenarnos en fuego eterno alguno...
mejor el frescor otoñal, ¡dónde va a parar!
Ayer por la tarde estuve en
el cine viendo "Black mass", de Scott Cooper, y
con Johnny Depp y Joel Edgerton. Es el tercer largo de este director, y primero
suyo que veo, inspirado en la vida real del mafioso que se nos retrata.
Boston, años 70. Un agente
del FBI convence a un mafioso irlandés de poca monta que acaba de salir de la
cárcel para que colabore con ellos con el fin de eliminar a un enemigo común:
la mafia italiana. Ambos son amigos de la infancia que vuelven a reencontrarse
años después. Con esta alianza, a lo largo de veinte años, eludirá el control
policial y llegará a convertirse en el más poderoso y despiadado gángster de la
ciudad, cometiendo innumerables crímenes de los que irá saliendo impune gracias
a su pacto de lealtad con su amigo policía.
Una película cuya historia
relatada apenas nada me dijo (nota: 4), de narración plana
y convencional, sobre este desalmado diablo al que todos veneraban en su
barrio, no en vano la traducción del título del film es "misa negra",
que no "masa negra". Además, este criminal era hermano de un senador,
también implicado más o menos tangencialmente, en un mundo turbio de
corrupción, en el que los límites entre criminalidad y legalidad son más bien
borrosos.
Ahora algo de sabiduría
ajena, que seguro mantiene lo suficientemente alejados a nuestros demonios:
- "¿Es usted un demonio? Soy un hombre. Y
por lo tanto tengo dentro de mí todos los demonios". (Gilbert K. Chesterton).
- "Por hondo que el diablo cague, todo se
sabe". (Refrán).
- "Cuando el diablo está satisfecho, es
una buena persona". (Jonathan
Swift).
- "En política, como en religión, hay
devotos que manifiestan su veneración por un santo desaparecido convirtiendo su
tumba en un santuario del crimen".
(Thomas Macaulay).
Besos y abrazos,
Don.
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