lunes, 5 de octubre de 2015

Tributo a estos matutinos que siempre me rescatan

¡Buenos días!

Otro matutino más al que rindo pleitesía, de admiración y respeto, por todo lo que hacen por mí, absolutamente impagable. El otoño que hace poco comenzó todavía no luce sus mejores galas, esas que le dan renombre a sus gloriosos días de hojas caídas y gris nubosidad. De momento seguimos como en pasadas jornadas, con máximas rondando ligeramente por arriba los veinte grados y, eso sí, con cada vez más nubes, que tal vez algún día de estos dejen caer otra vez algunas gotas por estos lares, como esta misma mañana, ya totalmente pasada por agua.

Este fin de semana estuve en el cine viendo "El precio de la fama" ("La rançon de la gloire"), de Xavier Beauvois, y con Benoît Poelvoorde, Roschdy Zem, Séli Gmach, Chiara Mastroianni, Nadine Labaki, y Peter Coyote. Es el quinto largo de este director francés, y segundo suyo que veo tras "De dioses y hombres" ("Des hommes et des dieux", 2010).

Finales del año 1977. Un hombre espera a que su mejor amigo salga de la cárcel. Le recoge y le aloja en su humilde casa si cuida de su hija mientras su mujer se recupera de su enfermedad en el hospital. Viven en Vevey (Suiza) y son dos emigrantes en el umbral de la pobreza. El día de Navidad ven por la tele la noticia del fallecimiento de Charles Chaplin, que vivía en la misma ciudad que ellos. Sus penurias económicas, pues el primero debe pagar una enorme cantidad de dinero por la operación de su mujer (es un sin papeles que no tiene derecho a sanidad pública... ¿a qué me suena esto en este país en regresión en el que vivo?), así que al otro se le ocurre a los pocos días robar el ataúd con los restos del famoso cómico, esconderlo, y pedir un rescate a la adinerada familia. Preparan el plan y lo ejecutan.

Una buena película (nota: 6) que al principio no me convenció demasiado pero que hacia la mitad fue enganchándome cada vez más hasta su muy buen final. Aunque la cinta parte de un hecho real, el robo del ataúd y la petición de rescate, el resto es una fabulación, con su buena moraleja final incluida, sobre este par de charlotescos desheredados. Cuento sobre una tragicómica pareja y sus disparatadas andanzas más o menos punibles y risibles, muy al estilo de Charlot, otro pobre sin techo, el más célebre vagabundo cinematográfico. Y la moraleja: que si no ayudamos todos, y en especial más los que más tienen, y en nuestra representación el gobierno de turno, a los que más lo necesitan, ello se terminará por volver contra nosotros antes o después, pagando un peaje mayor... a lo largo de nuestra vida o en nuestra gloria (o infierno, para los que crean en ambos). Y aquí paz, y después gloria. ¡Ah!, y no os levantéis antes de tiempo de la sala y os perdáis la escena final tras los títulos de crédito.

Ahora algo de sabiduría ajena, que tal vez nos rescate de tener que pagar el precio por nuestras tonterías, rematando con unas cuantas de Chaplin:

 - "El lujo de ser mejores que los demás hay que pagarlo: la sociedad exige un tributo que ha de pagarse en tiras de pellejo".  (Jacinto Benavente).

 - "Los hombres famosos tienen por sepulcro la tierra eterna".  (Pericles).

 - "Es feo ser digno de castigo, pero poco glorioso castigar".  (Michel Foucault).

 - "La pobreza es un gran enemigo de la felicidad humana. Destruye la libertad y hace impracticables algunas virtudes y sumamente difíciles otras".  (Samuel Johnson).

 - "Los privilegiados arriesgarán siempre su completa destrucción antes que ceder una mínima parte de sus privilegios".  (Antonio Gala).

 - "Sin haber conocido la miseria es imposible valorar el lujo".  (Charles Chaplin).

 - "Mirada de cerca, la vida es una tragedia, pero vista de lejos, parece una comedia".  (Charles Chaplin).

 - "Todo lo que necesito para hacer una comedia es un parque, un policía y una chica guapa".  (Charles Chaplin).

 - "Sólo soy, sólo sigo siendo una sola cosa: un payaso. Eso me pone en un plano más alto que cualquier político".  (Charles Chaplin).

Besos y abrazos,

Don.
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