¡Buenos días!
Aquí me libero de todo
lastre que pudiera habérseme adherido con las rutinas cotidianas de mi devenir,
y me siento aliviado, dando rienda suelta a todo lo que se me va pasando por la
cabeza consecuencia de las historias que me cuentan desde una pantalla
iluminada. Y con este soleado día de otoño, ya muy fresco por las mañanas, con
mínimas por debajo de los 5ºC, pero con tibio calorcito al mediodía, con máxima
prevista de 19ºC, no parece que vayamos a ahogarnos de nuevo con las lluvias,
pero será en unos días, que el otoño es así por estos lares.
Ayer por la tarde estuve en
el cine viendo "La playa de los ahogados", de
Gerardo Herrero, basado en una novela homónima de Domingo Villar, y con Carmelo
Gómez, Antonio Garrido, y Luis Zahera. De este director he visto la mayoría de
sus films, a saber, "Silencio en la nieve" (2011), "Que parezca un accidente" (2008), "Una mujer invisible" (2007), "Los aires difíciles" (2006), "Heroína" (2005), "El principio de Arquímedes" (2004), "El misterio Galíndez" (2003), "El lugar donde estuvo el paraíso" (2002), "Las razones de mis amigos" (2000), y "Territorio
Comanche" (1997).
Aparece el cadáver de un
marinero en una playa, arrastrado hasta allí por la marea. Podría ser la
consecuencia de otro naufragio más de un pesquero en esas peligrosas aguas si
no fuera porque tiene las manos atadas. Un meticuloso y solitario policía que
sólo vive para el trabajo, y su impetuoso compañero, tratan de resolver el
crimen en un entorno en el que las gentes del lugar son reacias a decir nada en
claro.
Una película que se deja ver
(nota: 5) este thriller de serie negra con trasfondo
costumbrista de la peculiar idiosincrasia gallega. Bien pero sin nada especial,
cuya intriga transcurre con la misma calma que el inspector jefe lleva el caso,
sin salirse del carril de las convenciones.
Ahora algo de sabiduría
ajena, que seguro ayuda a desahogarnos:
- "El que se ahoga no repara en lo que se
agarra". (José de San Martín).
- "También el dolor desea desahogarse; el
hombre abrumado por el dolor no siente vergüenza de sus lágrimas". (Friedrich M. von Bodenstedt).
- "«¿Qué demonios estás haciendo?», le
pregunté a un mono cuando le vi sacar un pez del agua y colocarlo en la rama de
un árbol. «Estoy salvándole de perecer ahogado», me respondió". (Anthony de Mello).
Besos y abrazos,
Don.
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