jueves, 1 de octubre de 2015

Matutino a los cuatro vientos

¡Buenos días!

Expiró septiembre, y en este primer día de octubre ahí va otro matutino más que disperso por doquier a través de las corrientes informáticas, dejándome mecer hedonistamente por el suave aura que sopla en ellos, y también llevar al albur de los deseos de mis voluptuosas hadas y ninfas, por quienes ya sabéis bebo los vientos. Hoy tendremos otro soleado día de otoño, que si no de agosto, al menos quiere volver a remedar el veranillo, con 24ºC de máxima prevista y con apenas una leve brisa.

Ayer por la tarde estuve en el cine viendo "Vientos de agosto" ("Ventos de agosto"), de Gabriel Mascaro, y con Dandara de Morais, Geová Manoel dos Santos, y el propio director. Es el primer largo de ficción de este documentalista brasileño, y primer film suyo que veo.

En una remota aldea costera del Brasil tropical, el mes de agosto trae fuertes mareas, vientos y tormentas. Una pareja de jóvenes, poco más que adolescentes, vive plácidamente, realizando sus cotidianas tareas, disfrutando de su tiempo libre, y dejándose llevar por su ardorosa pasión amorosa a cada oportunidad que tienen. Aparece un forastero para grabar los sonidos del viento y las tormentas. El joven encuentra un cadáver flotando en el mar; se obsesiona con este hecho, desatiende el resto sus deberes, y se enfría la relación con su novia.

Una película de ficción con maneras de documental y bellas maneras formales que apenas nada me dijo (nota: 3), salvo algunas escasas escenas sueltas que me sedujeron, rodada con actores no profesionales, salvo la joven protagonista, sin apenas trama, una sucesión de escenas sin mucha conexión, quizá retrato de la vida cotidiana de esas gentes, tal vez postal sonora del lugar con trazos de sensualidad. Me pareció ver que destila una cierta moraleja al final de que no hay que obsesionarse con cuidar de los muertos y descuidar a los vivos que nos rodean, aunque en el fondo da igual, que la exuberante naturaleza tiene sus implacables y caprichosos ritmos contra los que nada podemos hacer. A destacar especialmente una de esas pocas escenas de interés perdidas por el caos del film, la inicial, con ella y su refresco de cola, tumbada en un cayuco apenas mecido por las plácidas olas... pura voluptuosidad.

Ahora algo de sabiduría ajena, que seguro ayuda a que nuestro fugaz tránsito vital vaya viento en popa:

 - "El viento que corre muda la veleta, mas no la torre".  (Refrán).

 - "Agosto y septiembre no duran siempre".  (Refrán).

 - "Si nada nos salva de la muerte, al menos que el amor nos salve de la vida".  (Pablo Neruda).

 - "El hombre es como la espuma del mar, que flota sobre la superficie del agua y cuando sopla viento se desvanece como si no hubiera existido. Así arrebata la muerte nuestras vidas".  (Khalil Gibran).

 - "La muerte sólo tiene importancia en la medida en que nos hace pensar en la vida".  (André Malraux).

Besos y abrazos,

Don.
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