martes, 6 de octubre de 2015

De regreso a los matutinos

¡Buenos días!

Ya casi ni me acuerdo, exactamente al menos, de cuando acudí a ellos por primera vez, pues confundo mis recuerdos con mis ensoñaciones, pero no importa, que lo esencial son las razones por las que acudo, la mar de emotivas casi todas. El caso es que en esta mañana de suave otoño de máxima prevista en torno a 20ºC, en la que parece dejó de llover y se van abriendo bastantes claros, vuelvo a otro de ellos, no del pasado, que ya pasó, sino a éste, el más reciente de todos hasta ahora mismo, sin dejarme embaucar por nada que no sean mis propias fantasías, bueno, si acaso por las de mis hadas y ninfas, en las que creo, y a las que adoro con veneración.

Ayer por la tarde estuve en el cine viendo "Regresión" ("Regression"), de Alejandro Amenábar, y con Ethan Hawke, Emma Watson, y David Thewlis. Es el sexto largo de este director, de quien había visto hasta ahora todos sus anteriores: "Tesis" (1996), "Abre los ojos" (1997), "Los otros" ("The others", 2001), "Mar adentro" (2004), y "Ágora" ("Agora", 2009). Además también vi el remake norteamericano de su segundo, "Vanilla sky" (2002) de Cameron Crowe.

En los años 90, en una pequeña ciudad de la profunda Norteamérica, tras una ola de histeria colectiva sobre ritos satánicos, una adolescente acusa a su padre de abusar sexualmente de ella. El padre admite su culpa pero dice no recordar nada de lo sucedido. El policía encargado del caso pide la colaboración de un psicólogo especialista en hipnosis para que le haga revivir sus recuerdos escondidos y reprimidos. Lo que van descubriendo parece la punta del iceberg de oscuros tejemanejes de una secta satánica que opera en la localidad.

Una espléndida película (nota: 8), basada en hechos reales, con mucho suspense y toques de terror de fenómenos paranormales, este thriller policiaco y psicológico sobre las circunvoluciones que enrevesan el pensamiento humano, a través de las pesquisas de este muy competente y escéptico policía, racional hasta el tuétano, pero que tiene que luchar además contra las inconsistencias de su psique (como todos nosotros). De gran factura visual y brillantísima trama (y desenlace), que me tuvo engañado en sus tres primeras cuartas partes (no me acababa de convencer), pero que me sorprendió y enganchó al final con sus giros. No lo vi venir. Muy de agradecer para mí, junto con la inteligencia y el poco terror.

Lo que creo destila esta historia es lo del título de ese famoso grabado de Francisco de Goya: "El sueño de la razón produce monstruos". De tapadillo, o no tanto, pone en solfa la fe ciega, aislada de toda razón, que lleva al fanatismo religioso y a la locura; bueno, más que fe, que es incompatible con la razón, lo que debería conjugarse es la razonable esperanza en lo que sea. También reflexiona sobre lo poco fiable de nuestros recuerdos -como también hacía la genial "Memento" ("Memento", 2000) de Christopher Nolan-, que no son otra cosa que nuestra fabulación de lo que pasó, no lo que realmente pasó, que sólo puede llegar a saberse, y no siempre, por el contraste de los recuerdos de muchos sobre los mismos hechos... salvo que estén inmersos en histeria colectiva, lo que condiciona fortísima e inconscientemente nuestros pensamientos.

Ahora algo de sabiduría ajena, a la que siempre regreso al final de cada matutino, con la idea de que me ayude a seguir adelante y sin mirar demasiado atrás:

 - "La fantasía, aislada de la razón, solo produce monstruos imposibles. Unida a ella, en cambio, es la madre del arte y fuente de sus deseos".  (Francisco de Goya).

 - "Muchos son buenos si se da crédito a los testigos; pocos, si se toma declaración a su conciencia".  (Francisco de Quevedo).

 - "La maldad no necesita razones, le basta con un pretexto".  (Goethe).

 - "En las arengas destinadas a persuadir una colectividad se pueden invocar razones, pero antes hay que hacer vibrar sentimientos".  (Gustave Le Bon).

 - "De razones vive el hombre, de sueños sobrevive".  (Miguel de Unamuno).

Besos y abrazos,

Don.
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