¡Buenos días!
A pesar de la leve suavización térmica de estos días, difícil veo ya que no entremos en cualquier momento en otra larga y agobiante racha canicular veraniega, cada vez a peor, así que a disfrutar de este soportable día de calor comedido, con sus 30ºC de máxima prevista por los madriles, con sol y algunas nubes velándole a ratitos. Por lo demás, por muy difícil que me pudiera parecer a priori, como si no los conociera ya lo suficiente, seguro que se me vuelve a hacer sumamente llevadero el afrontar este nuevo matutino, que todo son facilidades por su parte.
Este fin de semana estuve en el cine viendo "Un año difícil" ("Une année difficile", 2023), de Olivier Nakache y Eric Toledano, y con Pio Marmai, Noémie Merlant, Jonathan Cohen, Mathieu Amalric, Grégorie Leprince-Ringuet, y Luàna Bajrami. Es el octavo largo de estos directores franceses, de quienes había visto tres de sus anteriores, "Especiales" ("Hors normes", 2019), "C'est la vie" ("Le sens de la fête", 2017), y el megataquillazo "Intocable" ("Intouchables", 2011).
Dos tipos, endeudados hasta las cejas, en bancarrota a causa de su consumismo compulsivo, que les ha hecho perder todo, casa, familia y amigos y que no tienen casi donde caerse muertos, entran en una reunión de activistas medioambientales porque dan cerveza y patatas fritas gratis, aunque sin mucho convencimiento en lo que respecta a los argumentos ecológicos que se esgrimen, más bien buscando con picardía si pueden sacar algo de provecho (monetariamente hablando) que les saque de su paupérrima situación, y después atraídos por su entusiasta líder, con la que tratarán de ligar, se irán integrando poco a poco en el movimiento.
Película que se deja ver (nota: 5), sin alharacas, simpática, divertida por momentos, que trata temas sociales de candente actualidad (reivindicación ecológica y crítica socarrona del consumo desmedido), refrescados con humor, más o menos graciosete, incluida alguna que otra risotada sin estridencias por mi parte. Con la buena intención de hacernos reflexionar, sin apabullar, mientras nos entretiene con la desquiciada peripecia de sus dos protagonistas masculinos, que de tan ridículos casi que se hacen querer.
Fácil de suponer, ahora que se acercan los reconfortantes besos y abrazos de despedida, no queda otra que aprender algo de la sabiduría ajena:
- "La función intelectual de las dificultades es la de conducir a hombres y mujeres a pensar". (John Dewey).
- "La filosofía de mi vida siempre ha sido que las dificultades se esfuman cuando se les hace frente con valentía". (Isaac Asimov).
- "¿Por qué a los seres humanos contemporáneos les fascina comprar y consumir, y sin embargo sienten muy poco apego por lo que compran?". (Erich Fromm).
- "Cualquier ser humano debería tener la sensibilidad precisa para su época y para su ambiente; si tiene menos, vivirá como un menor de edad; si tiene la necesaria, vivirá como un hombre adulto; si tiene más, será un enfermo". (Pío Baroja).
Besos y abrazos,
Don.
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