¡Buenos días!
No hay descanso, en general, que de eterno ya ni hablamos, en estos días de transición de la primavera al verano, pues tras las frescas tormentas de ayer, hoy amanecemos con sol y gran ascenso térmico, 27ºC de máxima prevista por los madriles para hoy, y subiendo en sucesivos días, hasta volver a llegar a lo normal para estas fechas por estos lares, que es hacer calor sin contemplaciones. Disfrutemos mientras tanto de estos días de transición, que ya tocará apañárselas con la canícula cuando llegue, como yo trato de manejar a estos bulliciosos matutinos, al menos dentro de mi cabeza, para irles dando calmada salida a ritmo de tecla, sin llegar a descerebrarme en el empeño. En cuanto termine de escribir este, ya me despediré de él como se merece.
Ayer por la tarde estuve en el cine viendo "Descansa en paz" ("Håndtering av udøde", 2024), de Thea Hvistendahl, basado en la novela homónima (2005) de John Ajvide Lindqvist, y con Renate Reinsve, Anders Danielsen Lie, Bjørn Sundquist, y Bente Børsum. Es el primer largo de esta directora noruega, pero de los dos protagonistas recuerdo haber visto hace pocos años una excelsa y sublime película que también coprotagonizaron, "La peor persona del mundo" ("Verdens verste menneske", 2021) de Joachim Trier. También había visto otras dos películas basadas en novelas del mismo autor, "Border" ("Gräns", 2018) de Ali Abbasi y la maravillosa y también recomendabilísima "Déjame entrar" ("Lat den rätte komma in", 2008) de Tomas Alfredson.
Caluroso día de verano en Oslo. Algo se barrunta en el ambiente cargado de electricidad estática, y los muertos se despiertan del sueño eterno sin motivo aparente. Tres familias se sumirán en el desconcierto vital cuando sus respectivos seres queridos recientemente fallecidos vuelvan a ellos, regresen a su hogar... ¿Quiénes son, son los que eran, y qué quieren?... Sin ver con claridad, los familiares se aferrarán a esta nueva oportunidad de tenerlos cerca.
Muy buena película (nota: 7), parsimoniosa, de hermosa fotografía, de atmósfera melancólica, siempre inquietante, que infunde miedo latente (en el espectador, que no en los protagonistas), cuya historia, cuyas tres macabras historias, en realidad, es sobrecogedora, con apenas sutiles retazos del convencional cine de zombis, aunque más que de estos, que son una mera excusa, de lo que nos habla es de vivos moribundos, que no de muertos vivientes, que es lo contrario, pero viene a ser lo mismo, o viceversa, y que me dio por pensar en que podrían ser trasuntos de esos enfermos terminales descerebrados (en coma), mantenidos vivos artificialmente más allá de lo razonable y a lo que se aferran muy dolientes allegados, que más parecen zombis ellos mismos, tanto como los propios muertos vivientes. También trata de pérdidas, duelos y despedidas, y de cómo cada cual sobrelleva estos dolores, sobre si es mejor dejarles ir cuando toca (y que descansen en paz, ellos y nosotros) o apurar un tiempo extra con ellos (sin interacción, como el que abraza un peluche) cuando ya están gagás. Interesantes e inquietantes reflexiones que induce esta película, que pueden dar más miedo que una truculenta de zombis al uso.
Bueno, pues antes de que este matutino me deje en paz (catártica liberación siempre es escribirlos), ahí os dejo este par de citas de sabiduría ajena, esperando que sepáis manejaros con ellas:
- "Hay que vivir en paz con el dolor y acompasar el paso al suyo. Por eso no necesitan llorar la una por la otra, ni hacerse aspavientos y buscar palabras compungidas o consoladoras. Les basta con sentir que, una vez más, están ahí". (Ángeles Caso).
- "La muerte es algo inevitable. Cuando un hombre ha hecho lo que él considera como su deber para con su pueblo y su país, puede descansar en paz. Creo que he hecho ese esfuerzo y que, por lo tanto, dormiré por toda la eternidad". (Nelson Mandela).
Besos y abrazos,
Don.
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