martes, 16 de agosto de 2022

Matutino que no me duele

¡Buenos días!

Completamente sedado, cuando no anestesiado, me quedo a poco de entrar en este mundo matutino, mientras voy tratando de gestar a otra más de mis criaturas para que cuando se den a la luz del mundo cibernético lo hagan sin dolor y con las mejores perspectivas de, no tanto de supervivencia, como de vivir plenamente lo mejor posible. Por lo demás, tras haber superado la perezosa indolencia, perra vida, provocada por la desmedida canícula sin descanso de pasados días y semanas, no me duelen prendas en reconocer que ya voy padeciendo menos con este inclemente verano, de noches cada vez menos insomnes (cosas de su ya relativo frescor). La máxima prevista para hoy por los madriles será de unos muy soportables 29ºC.

Este pasado fin de semana terminé de ver una serie de televisión, de la BBC, que vi en Movistar+. Se trató de "Esto te va a doler" ("This is going to hurt", 2022), creada por Adam Kay, adaptación de su propio libro de memorias autobiográficas, dirigida por Lucy Forbes y Tom Kingsley, e interpretada por Ben Wishaw, Ambika Mod, Rory Fleck Byrne, Michele Austin, Alex Jennings, Ashley McGuire, y Harriet Walter. Consta de una temporada de 7 capítulos de unos 45 minutos de duración cada uno. De la codirectora había visto otra de las series que codirigió, "The end of the f...ing world" (2017-2019).

Año 2005. Adam Kay está realizando sus prácticas como médico interno residente (MIR), especializado en ginecología y obstetricia, en un hospital público de Londres, enfrentándose a jornadas maratonianas de 12 horas al día, situaciones surrealistas, doblando turnos a cada momento, con disponibilidad de 24 horas los 7 días de la semana, quedándose dormido en su coche cada dos por tres, malcomiendo, malviviendo, cargando con responsabilidades que no le competen, tomando decisiones a vida o muerte con el miedo a equivocarse, mientras acaba empapado de diversos fluidos corporales a cada momento, salvando la vida de otros, o dándosela, mientras la suya se está yendo a la mierda, todo por un mísero sueldo que apenas supera el coste del parquímetro.

Estupenda serie (nota: 8) de frenético ritmo y que te agarra por las gónadas (y demás partes íntimas) y no te suelta. Os recomiendo este drama hiperrealista que excreta mucho humor negro, o del color de cada uno de los múltiples humores corporales que fluyen por ella, algo (bastante) corrosivos también, aunque no sea muy recomendable para espíritus pusilánimes, como los de esos políticos tan remisos (siendo suaves en el calificativo) para con la cosa pública en general y la sanitaria (no privada) en particular, así que por eso mismo habría que obligarles por ley a que la vieran.

A través de las crudas y estresantes vivencias, mostradas sin el más mínimo remilgo, de su desbordado, extenuado y casi novato protagonista, que va aprendiendo a costa de desgraciados errores (personales y profesionales), y que de cuando en cuando interpela al espectador, se nos muestra una ácida crítica de la situación de la sanidad pública, muy saturada, escasa de medios materiales, y sobre todo personales, lo que lleva a cometer por cansancio más errores de la cuenta a sus voluntariosos trabajadores, y que parece querer ser desmoronada por algunos representantes políticos con muy poca sensibilidad y sobredosis de palabrería y postureo, cuando no de supina ignorancia.

Ahora algo de sana sabiduría ajena, que tal vez mitigue algo de nuestra doliente ignorancia:

 - "Los males imaginarios no existen. Todos los males son reales desde el preciso momento en que se experimentan; soñar el dolor es un dolor verdadero".  (Anatole France).

 - "Todos los seres humanos somos parte de un mismo cuerpo. Cuando la vida afecta a un miembro, el resto del cuerpo sufre por igual. Si no te afecta el dolor de los demás, es que no mereces llamarte humano".  (Muslih ud din Saadi).

 - "Proteger el trabajo es enjugar lágrimas, consolar dolores, arrancar víctimas al vicio, al crimen y a la muerte".  (Concepción Arenal).

 - "El dolor no es un estado transitorio, sino un elemento indispensable de nuestra perfección moral. Por eso no debemos mirarlo como a un enemigo, sino como a un amigo triste que ha de acompañarnos en el camino de la vida".  (Concepción Arenal).

Besos y abrazos,

Don.

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