¡Buenos
días!
Ya
sabéis de la idolatría que profeso por mis matutinos, hoy tan tardío que devino
en vespertino, y por sus hadas y ninfas, que por todos los momentos del día
pululan y casi me hacen cantar de alegría primaveral, pero no lo haré con mucha
intensidad y frecuencia, no vaya a ser que despierte las iras meteorológicas y
nos caiga un chaparrón vespertino en este agradablemente caluroso día de
soleada primavera, con la salvedad de eventuales tormentillas esta tarde, y
máximas que van apuntando hacia los 30ºC, cota que se superará ya para la
próxima semana.
Ayer
por la tarde estuve en el cine viendo "Idol"
("Ya tayr el tayer"), de Hany Abu-Assad, y con Tawfeek Barhom y
Nadine Labaki. De este director palestino había visto dos de sus anteriores
films, "Omar" (2013) y "Paradise now" (2005).
Un
niño de diez años que habita en Gaza sueña con ser un gran cantante y monta un
grupo musical junto a su hermana mayor y un par de amigos. Trapichean para
conseguir dinero para los instrumentos a la par que se van fogueando cantando
en bodas. Tiene una gran voz que es educada por un profesor de música. Todo son
dificultades para lograr su sueño, pero ya casi en la veintena decide acudir a
las audiciones de "Arab Idol", el programa televisivo de cazatalentos
musicales que hace furor en el mundo árabe, pero para ello debe salir de Gaza,
una especie de cárcel, y no tiene permiso, para lo que deberá ingeniárselas
para salir furtivamente de allí.
Una
película (nota: 5) que aunque no me desagradó, tampoco me
entusiasmó, salvo leves momentos. Está basada en el caso real de un cantante
palestino que en 2013 ganó ese concurso televisivo, y estructurada en dos
partes, la infancia, y varios años después, cuando se presentó al concurso. Me
pareció algo mejor esta segunda parte. Muy de soslayo se critica la situación
de terrible opresión que vive Gaza por parte de Israel, sin olvidar la que
también ejercen desde dentro contra sus habitantes la parte más radical,
religiosa y políticamente hablando. También es un típico film de superación de
dificultades para llegar a conseguir las metas soñadas.
Por
su escena inicial, la de la persecución de los niños protagonistas por el
mercado, me recordó a la película paraguaya "7 cajas" (2012) de de Juan Carlos Maneglia y Tana
Schembori, y en general, tal y como su cartel promocional también resalta, a
"Slumdog millionaire" (2008) de Danny Boyle.
Ahora
algo de sabiduría ajena, a la que idolatro sin excesos, y que seguro nos ayuda
a amar la vida y lo que nos rodea del mismo modo, sosegadamente:
- "A los ídolos no hay que tocarlos: se
queda el dorado en las manos".
(Gustave Flaubert).
- "En Inglaterra, la libertad es una
especie de ídolo. Al pueblo se le enseña a amarla y a creer en ella, pero ve
muy pocos de sus resultados. El pueblo puede moverse libremente, pero dentro de
altas murallas". (George
Washington).
- "El alma más fuerte y mejor constituida
es la que no se enorgullece ni se enerva con los éxitos y a la que no abaten
los reveses". (Plutarco).
- "No se sale adelante celebrando éxitos
sino superando fracasos". (Orison
S. Marden).
Besos
y abrazos,
Don.
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