martes, 10 de marzo de 2015

No hay calvario matutino

¡Buenos días!

Ni valles de lágrimas, porque a este mundo no hemos venido a penar, sino a disfrutar lo que buenamente se pueda, todo es cuestión de enfoque, e incluso a tratar de hacer a los demás la vida más fácil y llevadera. Además, dado que todavía me queda bastante para cumplir los cien años, conservo aún bastantes pelos de tonto. Y a todo esto ayuda, sin duda, el divino milagro de esta dulce primavera adelantada que me tiene tanto algo mohíno y aplatanado como alegremente exultante, todo junto y a la vez. Paradojas del voluble estado de ánimo primaveral.

Ayer por la tarde estuve en el cine viendo "Calvary", de John Michael McDonagh, y con Brendan Gleeson, Kelly Reilly, y Chris O'Dowd. Es el segundo largo de este director irlandés, tras su excelente debut con "El irlandés" ("The guard", 2011).

En una pequeña aldea irlandesa, el bonachón y algo socarrón sacerdote del lugar recibe un domingo en confesión a uno de sus parroquianos, quien tras contarle su pasada infancia de abusos sexuales por parte de otro cura, ya fallecido, dice que le matará en siete días, por eso, por ser tan buena gente, dado que así tendrá más repercusión el caso. Sabe quien es, pero no dice nada a nadie, y sigue con su rutina en esos días, atendiendo a todos sus convecinos, y a su hija de frágil emotividad que ha venido a verle por unos días, dando lo mejor de sí mismo, intentando reconfortar a todos, mientras trata de ordenar su vida interior ante la que se le avecina. Por el camino, su particular vía crucis, irá descubriendo cierta animadversión hacia él por parte de casi todos y cada uno de sus feligreses, en uno u otro sentido, de su mezquindad y rencor, y de lo que no había sido muy consciente hasta el momento.

Una extraña película (nota: 5) este curioso thriller de espléndida fotografía y banda sonora, en el que en lugar de averiguar quien ha cometido un crimen se trata de descubrir quien lo hará, quien entre su extraña fauna de parroquianos querrá matar a esta especie de nuevo Jesucristo, a este bondadoso inocente que pagará por los pecados del resto de los de su gremio. Lo hace con el trasfondo de la actual situación de desesperanza social por la crisis económica a causa de corruptos (políticos, banqueros y empresarios) y timos piramidales a escala estatal rayanos en la ilegalidad, cuando no ilegales e inmorales (todos estos sí que también deberían pagar por sus pecados, salvo que alguien los perdone). Toques de humor corrosivo, negro, y peculiar enfoque sobre las cosas, pesimista, como en su anterior film, pero que esta vez no me cautivó del todo.

Ahora algo de sabiduría ajena, que seguro nos hace más fácil nuestro tránsito por esta vida, comenzando por la cita con la que empieza el film hoy glosado:

 - "No desesperéis, uno de los ladrones se salvó. No os vanagloriéis; uno de los ladrones fue condenado".  (San Agustín).

 - "Aprueba a los buenos, tolera a los malos y ámalos a todos".  (San Agustín).

 - "Conócete. Acéptate. Supérate".  (San Agustín).

 - "Si no está en tus manos cambiar una situación que te produce dolor, siempre podrás escoger la actitud con la que afrontes ese sufrimiento".  (Viktor Frankl).

 - "No hay razón para buscar el sufrimiento, pero si éste llega y trata de meterse en tu vida, no temas; míralo a la cara y con la frente bien levantada".  (Friedrich Nietzsche).

 - "Si nada nos salva de la muerte, al menos que el amor nos salve de la vida".  (Pablo Neruda).

Besos y abrazos,

Don.
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