¡Buenos días!
Ni valles de lágrimas,
porque a este mundo no hemos venido a penar, sino a disfrutar lo que buenamente
se pueda, todo es cuestión de enfoque, e incluso a tratar de hacer a los demás
la vida más fácil y llevadera. Además, dado que todavía me queda bastante para
cumplir los cien años, conservo aún bastantes pelos de tonto. Y a todo esto
ayuda, sin duda, el divino milagro de esta dulce primavera adelantada que me
tiene tanto algo mohíno y aplatanado como alegremente exultante, todo junto y a
la vez. Paradojas del voluble estado de ánimo primaveral.
Ayer por la tarde estuve en
el cine viendo "Calvary", de John Michael
McDonagh, y con Brendan Gleeson, Kelly Reilly, y Chris O'Dowd. Es el segundo
largo de este director irlandés, tras su excelente debut con "El irlandés" ("The guard", 2011).
En una pequeña aldea
irlandesa, el bonachón y algo socarrón sacerdote del lugar recibe un domingo en
confesión a uno de sus parroquianos, quien tras contarle su pasada infancia de
abusos sexuales por parte de otro cura, ya fallecido, dice que le matará en
siete días, por eso, por ser tan buena gente, dado que así tendrá más
repercusión el caso. Sabe quien es, pero no dice nada a nadie, y sigue con su
rutina en esos días, atendiendo a todos sus convecinos, y a su hija de frágil
emotividad que ha venido a verle por unos días, dando lo mejor de sí mismo,
intentando reconfortar a todos, mientras trata de ordenar su vida interior ante
la que se le avecina. Por el camino, su particular vía crucis, irá descubriendo
cierta animadversión hacia él por parte de casi todos y cada uno de sus
feligreses, en uno u otro sentido, de su mezquindad y rencor, y de lo que no
había sido muy consciente hasta el momento.
Una extraña película (nota:
5) este curioso thriller de espléndida fotografía y banda sonora,
en el que en lugar de averiguar quien ha cometido un crimen se trata de
descubrir quien lo hará, quien entre su extraña fauna de parroquianos querrá
matar a esta especie de nuevo Jesucristo, a este bondadoso inocente que pagará
por los pecados del resto de los de su gremio. Lo hace con el trasfondo de la actual
situación de desesperanza social por la crisis económica a causa de corruptos
(políticos, banqueros y empresarios) y timos piramidales a escala estatal
rayanos en la ilegalidad, cuando no ilegales e inmorales (todos estos sí que
también deberían pagar por sus pecados, salvo que alguien los perdone). Toques
de humor corrosivo, negro, y peculiar enfoque sobre las cosas, pesimista, como
en su anterior film, pero que esta vez no me cautivó del todo.
Ahora algo de sabiduría
ajena, que seguro nos hace más fácil nuestro tránsito por esta vida, comenzando
por la cita con la que empieza el film hoy glosado:
- "No desesperéis, uno de los ladrones se
salvó. No os vanagloriéis; uno de los ladrones fue condenado". (San Agustín).
- "Aprueba a los buenos, tolera a los
malos y ámalos a todos". (San
Agustín).
- "Conócete. Acéptate.
Supérate". (San Agustín).
- "Si no está en tus manos cambiar una
situación que te produce dolor, siempre podrás escoger la actitud con la que
afrontes ese sufrimiento". (Viktor
Frankl).
- "No hay razón para buscar el
sufrimiento, pero si éste llega y trata de meterse en tu vida, no temas; míralo
a la cara y con la frente bien levantada".
(Friedrich Nietzsche).
- "Si nada nos salva de la muerte, al
menos que el amor nos salve de la vida".
(Pablo Neruda).
Besos y abrazos,
Don.
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