jueves, 4 de agosto de 2022

No perdono un matutino

¡Buenos días!

Pues no, no me privo de su grata compañía, no renuncio a gozarlos cada vez que coincido con ellos, tan disfrutones como yo mismo... y todo ello sin que sea óbice el disculparles los pequeños y eventuales tropiezos que puedan cometer conmigo, y viceversa, cosa de nuestra mutua confianza. El que tampoco nos perdona ni a sol ni a sombra es este inclemente y abrasador verano que nos está pasando por encima, dejándonos aplatanados, planos y desganados hasta tal punto que la indolencia nos domina. Hoy, con otra noche tropical más (25ºC al amanecer), nos espera una nueva jornada con 39ºC de máxima prevista por los derretidos madriles.

Ayer por la tarde estuve en el cine viendo "Los perdonados" ("The forgiven", 2021), de John Michael McDonagh, basado en la novela homónima de Lawrence Osborne, y con Ralph Fiennes y Jessica Chastain. Es el cuarto largo de este director irlandés, de quien había visto sus dos primeros, "Calvary" (2014), y su excelente debut con "El irlandés" ("The guard", 2011).

Una pareja muy adinerada, al borde de la ruptura, viaja a Marruecos, a una lujosa mansión de unos amigos aislada en medio del desierto del Sahara, para acudir a un fiestorro de desparrame que estos organizan durante un fin de semana. Durante el trayecto, tras comer y beber más de la cuenta, se pierden, se les hace de noche, y atropellan a un joven marroquí que les sale al paso inesperadamente poco antes de conseguir llegar a su destino con retraso. Lo que prometía ser una gran fiesta deviene para el conductor en un calvario emocional de redención de sus culpas, mientras el resto, indolentes, siguen con la hedónica juerga.

Película que deja entrever cierto poso sarcástico, aunque poco me dijo (nota: 5), salvo esporádicos momentos con cierta profundidad, enseguida colmatados por otros, con lo que apenas me quedé en su superficie, como tremendamente superficiales eran la mayoría de sus personajes (los ricos del primer mundo), arrogantes, frívolos, que miran por encima del hombro a los demás, especialmente a los que no son de su clase, a los siervos, a los colonizados. A través de la expiación de los pecados de su personaje principal y su tránsito de la altanería a la asunción de sus culpas, contrastada con el despreocupado desarrollo de la fiesta a pesar de los pesares, se hace crítica del racismo soterrado y con buenas maneras (hipócritas) que por ahí pulula.

Ahora sería imperdonable despedirme sin antes dejaros unas citas de sabiduría ajena:

 - "El único vicio que no puede ser perdonado es el de la hipocresía. El arrepentimiento del hipócrita es hipocresía en sí misma".  (William Hazlitt).

 - "Nadie puede librar a los hombres del dolor, pero le será perdonado a aquel que haga renacer en ellos el valor para soportarlo".  (Selma Lagerlöf).

 - "Yo no hablo de venganzas ni perdones, el olvido es la única venganza y el único perdón".  (Jorge Luis Borges).

Besos y abrazos,

Don.

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