lunes, 15 de junio de 2020

Chicas matutinas

¡Buenos días!

Bueno, no tanto, que creo ya pasaron de la problemática adolescencia, tras algo más de veinte años dándome algo de guerra por aquí, por estos lares matutinos donde se desbravaron algo a lo largo del tiempo transcurrido. Ya todo parece algo más tranquilo, cosas de la edad, supongo, no sé si de la suya o la mía. Soleada mañana casi de verano, con 28ºC de máxima prevista, tanto por la cercanía al veraniego solsticio del próximo fin de semana, como por el mayor calorcito que vuelve a hacer, así que saldremos a disfrutar de la vida a pesar de eventuales inclemencias, sean del tipo que sean.

Este fin de semana terminé de ver otra serie televisiva de Netflix, "Derry girls" (2018-2019), creada por Lisa McGee, y con Saoirse-Monica Jackson, Louisa Harland, Nicola Coughlan, Jamie-Lee O'Donnell, Dylan Llewellyn, Siobhan McSweeney, Tara Lynne O'Neill, Kathy Kiera Clarke, Tommy Tiernan, Ian McElhinney, y Leah O'Rourke. Consta de dos temporadas, de 6 capítulos de unos veintipocos minutos cada una, aunque se está preparando una tercera.

En Derry (Londonderry para los protestantes), durante los años 90, al final del conflicto norirlandés, ciudad partida por la mitad, entre barrios católicos y protestantes separados por un muro, vive junto a su peculiar familia (padre, madre, tía, prima y abuelo) una joven de 16 años. Asiste cada día a un colegio de monjas junto a sus tres mejores amigas, una de ellas su prima. Al cuarteto de deslenguadas y revoltosas adolescentes que no cesa de meterse en problemas (uno en cada capítulo), se une el primo inglés de otra de ellas, matriculado excepcionalmente en esa escuela femenina para evitar conflictos, pues si sus familiares lo hubieran hecho en uno masculino hubiese sido machacado por sus compañeros debido a su procedencia y acento, siendo el único chico de la escuela, y de la pandilla de chicas, lo que le hace sentirse cual pez fuera del agua, por ser hombre e inglés, estudiando en un colegio femenino en zona católica.

Muy buena serie (nota: 7), muy, muy divertida, con su punto de causticidad, basada en las vivencias de su creadora, plena de situaciones entre lo extravagantemente surrealista y la más absoluta normalidad cotidiana de cualquier adolescente y de la sociedad norirlandesa de entonces, en la que amén de hablarnos sobre adolescencia y transición a la madurez, a través de las traviesas peripecias de su quinteto protagonista (las cuatro chicas y el chico que no cesa de gritar a los cuatro vientos que no es gay), lo hace soslayada y entreveradamente de otras cuestiones sociopolíticas, siempre con un enfoque muy cómico de pasadas situaciones muy trágicas, que ya se sabe, la comedia no es más que tragedia más tiempo, sabio aforismo con muchos padres.

Ahora unas pocas y pequeñas citas de sabiduría ajena, como suelo antes de despedirme:

 - "No basta con ser joven. Es preciso estar borracho de juventud. Con todas sus consecuencias".  (Alejandro Casona).

 - "De mis disparates de juventud, lo que me da más pena no es el haberlos cometido, sino el no poder volver a cometerlos".  (Pierre Benoît).

 - "Feliz aquel que fue joven en su juventud, feliz aquel que supo madurar a tiempo".  (Alexandr S. Pushkin).

Besos y abrazos,

Don.
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