Aunque
hace ya unos pocos años que mis matutinos superaron esa barrera, me parece, y
me parece bien, que sigan sin haber madurado del todo, ni se hayan formalizado
plenamente tampoco. Y el otoño que debería ser en estos días no es que ya ni
haya madurado ni alcanzado su mayoría de edad (en días), es que ni siquiera ha
nacido, acogotado por el verano que no parece querer marcharse, en otro día
soleado y demasiado cálido para octubre (29ºC de máxima prevista).
Ayer
por la tarde estuve en el cine viendo una estupenda película que os recomiendo,
que me encantó, tanto como las otras de este magnífico director y guionista. Se
trató de "Diecisiete", de Daniel Sánchez Arévalo, y con Biel
Montoro y Nacho Sánchez. Es el quinto largo de este director, del que os
recomiendo también el resto de sus espléndidos films: "Azul oscuro casi negro" (2006), "Gordos" (2009), "Primos" (2011), y "La gran familia española" (2013).
Un
joven de 17 años que cuida de su abuela moribunda, con la que convive, que tiene
problemas de relación con los demás, metido en sí mismo, obsesivo y metódico
(se trasluce que padece cierto tipo de autismo) y que no cesa de meterse en
problemas (cometiendo pequeños delitos), es detenido e internado en un centro
de menores del que continuamente trata de escapar. Allí, como parte de su
terapia de reinserción se relaciona con un perro abandonado al que debe cuidar
un día por semana, con el que conecta emocionalmente. Un día, cuando se entera
que una familia lo adoptó, no acepta su pérdida, se fuga por última vez, y
junto a su catatónica abuela, y a su hermano mayor, con quien no tiene buena
relación y a regañadientes le ayuda, se embarca en su búsqueda por las
carreteras secundarias de su provincia.
Otra
estupenda película (nota: 8) de este director, como sus anteriores,
mezclando comedia y pequeños dramas familiares, esta deliciosa película de
carretera (en su segunda parte) en la que los dos hermanos protagonistas, cada
uno en su encrucijada y mientras buscan el perro, acaban por encontrarse entre
ambos, y a sí mismos. Sencilla historia, sentida y plena de humanidad, de
inteligentes y chispeantes diálogos, que nos habla de empatía, de conectar con
el otro, del paso de la adolescencia a la vida adulta, aceptando positivamente
las frustraciones de la vida, sin berrinches, aprendiendo de ellas, del respeto
por los animales, que nos hacen mejores personas.
En
la sección de sabiduría ajena, por eso de que sus títulos son semejantes aunque
con poco que ver entre ellas en contenido, empiezo por recomendaros escuchar la
deliciosa canción "Atseventeen" de Janis Ian, que ya me maravilló en los años 70 cuando yo
tenía algo menos de los 17, y siguiendo por el primer verso de un poema de Rimbaud,
y otra más:
- "Con diecisiete años no puedes ser
formal [...]". (Arthur Rimbaud).
- "Debemos aceptar la decepción finita,
pero nunca perder la infinita esperanza".
(Martin Luther King).
Besos y abrazos,
Don.
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