No
os miento si os digo que me quedo pequeño ante la gran perseverancia de estos
matutinos por seguir acarreando sus desparrames hasta este mundo virtual, contra
viento y marea, acumulando uno tras otro, día a día. Y espero que el otoño,
grano a grano, grado a grado quería decir, vaya sumando frescor y atraiga, gota
a gota, a las necesarias lluvias otoñales. De momento no lo ha conseguido, en
este día soleado con 26ºC de máxima prevista.
Ayer
por la tarde estuve en el cine viendo "Una pequeña mentira"
("Fourmi"), de Julien Rappeneau, basado en el cómic español
"Dream team" de Mario Torrecillas y Artur Laperla, y con François
Damiens, Maleaume Paquin, André Dussollier, Ludivine Sagnier, y Laetitia Dosch.
Segundo largo de este director, de quien había visto anteriormente su debut,
"Rosalie Blum" (2015).
Un
chaval de 12 años vive en una pequeña localidad del norte de Francia con su
madre divorciada y su nuevo novio. Es el crack del equipo de fútbol infantil
local y un día un ojeador de un importante club inglés de la Premier League
contacta con él, para gran alegría de su padre, solitario y hundido, un
desastrado desastre, y abonado al alcohol, desde que perdió su empleo y su
mujer le dejó. Al final no le escogen por su baja estatura. De hecho, su mejor
amiga le apoda Fourmi (Hormiga) debido a ello. Como la actitud de su padre
había mejorado enormemente desde que se ilusionó con que su hijo fuera a ser
una estrella del fútbol, y el chico no quiere decepcionarle para que no vuelva
a recaer, le miente (y al resto, revolucionando todo el pueblo) y le dice que sí
le seleccionaron, pero la bola de nieve pendiente abajo de la mentira comienza
a desbordarle.
Película
interesante (nota: 5), de esas que se dicen para todos los públicos,
esta leve comedia, familiar y aleccionadora, de buen rollo y que se ve con
agrado, aunque algo blandita a ratos. Más de sonreír que de reír y con algo de
drama de emociones con su puntito de azúcar o miel... lo que viene siendo una
melodramedia, sobre un muchachito que miente, mentira piadosa, para ayudar a su
padre. Nos habla de relaciones paternofiliales, de parejas (rotas), de amistad,
de mejoramiento personal, y de refilón de temas sociales... y por supuesto de
pasión por el fútbol.
Ahora
unas perlitas de sabiduría ajena, de entre las que he ido recogiendo por ahí, y
que trato de acumular en mis entendederas:
- "Amo la fuerza, y de la fuerza que amo,
una hormiga puede mostrar tanta como un elefante". (Stendhal).
- "Nadie predica mejor que la hormiga, y
no habla". (Benjamín Franklin).
- "Imita a la hormiga, si quieres vivir sin
fatiga". (Refrán).
Besos
y abrazos,
Don.
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