No
precisamente hoy, que luce el sol, sino ayer, cuando también las temperaturas,
¡ya por fin!, tendieron hacia la normalidad otoñal, como las de hoy mismo, con 17ºC
de máxima prevista por los madriles y mañanas bastante frescas ya, como
corresponde a la estación. Parece que en pocos días, como las oscuras
golondrinas de Bécquer, volverán las grises nubes a escurrirse sobre nuestras
cabezas, cosa que me alegra, así que a disfrutar de ello.
Ayer
por la tarde volví a mi cita anual con el maestro Woody Allen, que sigue a film
por año desde hace ya muchos, aunque la hoy glosada, la quincuagésima de su
carrera, nos llega casi dos años después, cosas de las movidas que ha tenido,
para volver a rendirle mi pleitesía cinéfila y disfrutar con ello. Esta vez
tocó ver "Día de lluvia en Nueva York" ("A rainy day in
New York"), con Timothée Chalamet, Elle Fanning, Selena Gómez, Jude Law,
Diego Luna, y Liev Schreiber. De este inefable y octogenario director, también
actor y guionista, he visto casi todas sus películas desde que debutara como
tal en 1965, y todas las de este siglo, como la más reciente de sus anteriores,
"Wonder wheel" (2017).
Una
joven pareja de enamorados, estudiantes universitarios de familias muy
acomodadas, van a pasar un fin de semana romántico en Nueva York, aprovechando
que ella tiene que entrevistar, para la gacetilla de la prestigiosa Universidad
en la que ambos estudian, a un afamado director de cine, autor muy reconocido
en círculos cultos. La entrevista, que iba a durar una hora, se va complicando
y todos sus planes de estar juntos se van al traste. Durante estos dos días
pasados por agua, a ella, inocente provinciana, le van tirando los tejos tanto
el director como su guionista, y una estrella de cine, galán latino al que
admira; y él, culto neoyorquino que reniega de su familia, mientras deambula
frustrado y aburrido, se va topando con familiares y amigos de infancia, así
como con la hermana pequeña de su novia de adolescencia, con quien choca en un
principio.
Una
muy buena película (nota: 7), con sus más y sus menos, esta comedia
romántica de encuentros y desencuentros de una pareja bajo la lluvia, que ambos
ven de distinta manera, triste para ella y romántica para él, con aires
clásicos, muy clásicos, con las maneras del cine en blanco y negro de los años
30, y con las inconfundibles señas de identidad del genial Woody Allen, ese
sofisticado urbanita. No es una de las mejores de su carrera para mí, pero
quizá porque me tiene ganado desde siempre, no dejan de gustarme sus historias,
por mucho que parezcan parecidas, cuajadas de sus muy peculiares disquisiciones
existenciales, tan entretenidas, mordaces y chispeantes, y que siempre
encierran un gran conocimiento, muy afilado, de la vida en sociedad y la humana
condición.
Ahora,
cual fecunda nube, os dejo caer un pequeño aguacero de citas de sabiduría ajena
que espero empapen bien nuestras entendederas:
- "Es la misma lluvia la que en tierra
inculta hace crecer las zarzas y las espinas; y en los jardines, las
flores". (Ludwig van Beethoven).
- "Así es como lo veo yo: si quieres arco
iris, tendrás que apechugar con la lluvia". (Dolly Parton).
- "La vida no consiste en esperar a que
pasen las tormentas, sino en aprender a bailar bajo la lluvia". (Anónimo).
- "La lluvia tiene un vago secreto de
ternura,
algo
de somnolencia resignada y amable,
una
música humilde se despierta con ella
que
hace vibrar el alma dormida del paisaje".
(Federico García Lorca).
Besos
y abrazos,
Don.
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