lunes, 10 de octubre de 2011

Discordia matutina

¡Buenos días!

Aunque no tan marcadas, seguimos de desavenencias entre el clima de calendario, otoño, y el que realmente hace, verano, más bien veranillo tras estos pasados días de refrescamiento, aunque hoy se espera superar con bastante holgura los 25ºC de máxima, con tendencia de rozar los 30ºC en próximos días, y ya sabéis que del roce nace el cariño. Salvo esto, no atisbo indicio alguno de desunión mutua entre estos matutinos y yo, y mucho menos con mis solícitas, cordiales y bien amadas hadas y ninfas, a quien tanto debo.

Este fin de semana estuve en el cine viendo una extraordinaria película que desde ya os recomiendo encarecidamente, muy encarecidamente, que vayáis a verla, imprescindible, de diez (sobre diez), que os pasaré a glosar en un momento. Se trató de "Nader y Simin: una separación" ("Jodaeiye Nader az Simin"), de Asghar Farhadi, y con Leila Hatami, Peyman Moadi, Shahab Hosseini y Sareh Bayat.

Un matrimonio de clase media se divorcia, aunque se siguen amando, porque la esposa quiere emigrar al extranjero para que su hija preadolescente no se eduque en la opresiva sociedad iraní y porque el marido quiere quedarse a cuidar de su padre enfermo. Ella se va con sus padres, y la hija y el marido quedan en la casa con el padre de él, que padece Alzheimer, contratando a una mujer de clase baja para que le cuide mientras trabaja. Pero no sabe que la mujer, muy religiosa, no solo está embarazada, sino que trabaja sin el consentimiento de su intolerante, fundamentalista e irascible marido.

Magistral película, potente, muy dinámica, compleja, densa y muy intensa, poliédrica, que nos habla de desavenencias, intransigencia y divorcio (conyugal o social), de verdades ocultas en mentiras para cubrir apariencias, que como siempre son engañosas. Los personajes, todos, estarán continuamente enfrentados a dilemas éticos, muchos de los cuales son impuestos por la rígida sociedad iraní, sometida a una legislación social asfixiada por una religión que invade inadecuadamente las situaciones más cotidianas.

Una inteligentísima historia, una cascada de causas y efectos a partir de un hecho poco relevante que terminan por echarse en cara los divorciados, un sobresaliente drama perfectamente tramado, que no da respuestas ni juicios morales, solo plantea preguntas que le hacen salir a uno de la sala con el corazón atenazado y las neuronas bullendo. Vuelvo a repetir, no os la perdáis, imprescindible.

Ahora, algo de sabiduría ajena que seguro nos ayudará a estar más unidos:

 - "El alejamiento es la piedra de toque de los verdaderos afectos".  (Henri Lacordaire).

 - "Todo hombre tiene tres variedades de carácter: el que realmente tiene, el que aparenta y el que cree tener".  (Alphonse Karr).

 - "Las injurias tienen una gran ventaja sobre los razonamientos: son admitidas sin pruebas".  (Alessandro Manzoni).

 - "Intencionadamente o no, se confunden siempre los jueces con la justicia y los curas con Dios. Así se acostumbran los hombres a desconfiar de la justicia y de Dios".  (Alphonse Karr).

 - "La dictadura es el sistema de gobierno en el que lo que no está prohibido es obligatorio".  (Enrique Jardiel Poncela).

 - "Retener la ira es igual que recoger un carbón caliente con la intención de lanzárselo a alguien; tú eres quien te quemas".  (Buda).

 - "El divorcio es, en el mejor de los casos, un fracaso, y nos interesa mucho más buscar curar su causa que completar sus defectos".  (Gilbert K. Chesterton).

 - "Con la concordia crece lo pequeño; con la discordia se arruina lo más grande".  (Salustio).

Besos y abrazos,

Don.
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