No
canto al desamor en estos muy amorosos matutinos por entre los que me suelo
perder cada mañana, evadiéndome momentáneamente de los cotidianos problemillas,
holgando y solazándome en sus más recónditos recovecos, a la sombra y amparo
del inclemente sol y del no muy excesivo calor de estos últimos días de verano,
que el otoño de calendario entrará pasado mañana, pues hoy ambos siguen
apretando, con 32ºC de máxima prevista, y subiendo para próximos días, cual si
estuviéramos en su cenit canicular. Yo espero que en su canto del cisne.
Ayer
por la tarde estuve en el cine viendo "Marisa en los bosques",
de Antonio Morales, y con Patricia Jordà, Aida de la Cruz, y Mauricio Bautista.
Es el debut en el largo de este director y guionista.
Marisa
es una treintañera sin fortuna en el amor, que sueña con ser dramaturga pero
que se ha quedado sin trabajo en la compañía de teatro independiente en la que
colaboraba, y el futuro se le enturbia, así que para olvidarse de sus problemas
se vuelca en ayudar a su amiga del alma, sumida en la más honda desesperación
porque la acaba de dejar su pareja. Pero un trágico suceso que le ocurre a
esta, terminará por derrumbar a nuestra protagonista, que buscará salir de sus
pesares tratando de perderse en la noche madrileña y buscar la ayuda de amigos
y conocidos, pero lo que encuentra son más dramas, los que le cuentan sus
erráticas amistades.
Me
desorientó a ratos, haciendo que sus árboles no me dejaran ver bien su bosque (nota:
5), esta tragicomedia urbana con toques oníricos de realismo mágico
al final (especie de cuento de hadas), que al principio me enganchó algo con
algunos de sus frescos diálogos con bastante desparpajo, pero entrelazados con
momentos de desconcierto argumental, que fueron a más conforme avanzaba el
metraje. Historia de joven en crisis, muy desorientada, que vaga y divaga en
busca de sí misma, tratando de encajar los golpes de la vida, encontrándose en su
deambular con estrambóticos personajes, terminando por utilizar la fantasía
(boscosas ensoñaciones) para intentar salir de la maraña de su desesperanzada
realidad.
Pues
antes de perdernos en el bosque de la cotidianidad, ahí os dejo unas citas de
sabiduría ajena a modo de miguitas de pan (o amiguitas) que nos marquen el
camino para no perdernos al volver a estos matutinos:
- "La ciudad no es una jungla de
hormigón, es un zoo humano".
(Desmond Morris).
- "Utiliza en la vida los talentos que
poseas: el bosque estaría muy silencioso si sólo cantasen los pájaros que mejor
cantan". (Henry Van Dyke).
- "En un bosque se bifurcaron dos
caminos, y yo... Yo tomé el menos transitado. Esto marcó toda la
diferencia". (Robert Frost).
Besos
y abrazos,
Don.
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