Otra
mañana más en la que por aquí me encuentro, perdido en este mar de serenidad,
hoy apenas turbado por el sordo repiqueteo del teclado mientras lo escribo en
silencio, sin nadie que lo declame, ni espero que tampoco lo reclame, toda vez
que lo haya soltado a navegar a su libre albedrío en cuanto que me quede
constancia de que sabrá valerse por sí solo. Cada vez aprieta más el calor...
28ºC de máxima prevista para hoy, aunque espero que el sol no llegue a
agostarnos a base de queda calma chicha, que eso es más propio del chicharrero
estío que de esta bulliciosa primavera.
Ayer
por la tarde estuve en el cine viendo "Un lugar tranquilo"
("A quiet place"), de John Krasinski, y con él mismo (también
coguionista), Emily Blunt, Millicent Simmonds, y Noah Jupe. Es el tercer largo
como director, y segundo suyo que veo en esta faceta, de este también actor (he
visto algunos films más en los que actúa) y guionista, tras "Los Hollar" ("The Hollars", 2016).
En
una aislada casa al borde de un bosque una pareja y sus hijos tratan de
sobrevivir prácticamente en silencio a unos casi indestructibles monstruos
alienígenas invasores que detectan a sus presas tan solo por su afinadísimo
oído. Si provocan el más leve ruido, están muertos.
Una
buena película (nota: 6) esta de terror post-apocalíptico, con algunos
sustos, también sucinto drama familiar, que es casi muda, con mínimos y
escuetísimos diálogos apenas susurrados o en lenguaje de signos, pero que se
sigue con inquietante tensión que no desfallece. La vi con interés y salvo
algún detallito que otro que no me gustó, apenas nada me chirrió, salvo,
obviamente, los estridentes chillidos del monstruo, que mucho recuerda al del
film "Alien, el octavo pasajero" ("Alien", 1979)
de Ridley Scott, y también a los de la clásica novela de ciencia ficción
"La guerra de los mundos" ("The war of the worlds", 1898)
de H.G.Wells, por eso de sus inexpugnables debilidades.
Historia
original por una parte, aunque por otro lado muy tópica, sobre el ansioso miedo
cerval de unos padres (especialmente de la maternidad más o menos primeriza)
que luchan a toda costa por proteger a sus hijos del peligro acechante,
tratando de darles las habilidades necesarias para que más adelante puedan
desenvolverse por sí mismos.
Ahora
unas citas de sabiduría ajena, que espero asimiléis reposadamente, para un
mejor aprovechamiento:
- "La historia humana es cada vez más y
más una carrera entre la educación y la catástrofe". (H.G.Wells).
- "Un animal en perfecta armonía con su
medio ambiente es un perfecto mecanismo. La naturaleza no hace nunca un
llamamiento a la inteligencia, a no ser que el hábito y el instinto sean
inútiles. No hay inteligencia allí donde no hay cambio ni necesidad de cambio.
Solo los animales que cuentan con inteligencia tienen que hacer frente a una
enorme variedad de necesidades y de peligros". (H.G.Wells).
- "La grandeza del hombre se puede medir
por lo que deja plantado para que se desarrolle, y si puso o no a pensar a
otros en nuevas direcciones con un vigor que persistiera después de
él". (H.G.Wells).
Besos
y abrazos,
Don.
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