miércoles, 18 de abril de 2018

La delgada línea que me separa de (o une a) los matutinos

¡Buenos días!

Tan tenue y sutil que casi ni existe, pues ellos son parte de mí y viceversa, y desde luego perfectamente permeable y más o menos discontinua, según sea menester. Y ya parece que hemos pasado por el poco perceptible umbral que separaba la primavera de calendario de la climática, entrando hoy en un soleado y agradable día, mucho, en el que la máxima alcanzará los 25ºC.

Ayer por la tarde estuve en el cine viendo "La delgada línea amarilla", de Celso García, y con Damián Alcázar, Joaquín Cosío, Gustavo Sánchez Parra, Silverio Palacios, y Américo Hollander. Es el debut en el largo de este director mexicano.

Un hombre maduro, solitario y apesadumbrado por lastres de su pasado, es despedido del desguace de coches donde trabajaba como vigilante. Tiempo después es contratado como capataz de una cuadrilla de obreros con la misión de pintar la línea de separación de los carriles de ida y vuelta de una remota carretera comarcal, en medio de un paraje desértico, entre dos poblaciones mexicanas. Disponen de quince días para cubrir algo más de doscientos kilómetros.

Una muy buena película (nota: 7) esta peculiar road movie que me tuvo interesado en todo su breve metraje... o kilometraje. Personajes baqueteados por la vida de una u otra manera que a fuerza de convivir, avanzando al tran-tran, van conociendo de las vidas de los otros, y de las suyas propias, replanteándoselas, reencontrando su rumbo perdido mientras caminan tras la línea pintada. El título parece un parafraseo de "La delgada línea roja" ("The thin red line", 1998) de Terrence Malick, aunque no solo por eso sino también por una metafórica escena hacia el final, delgada línea, del color o material que sea, separadora de antagónicos, o que les da continuidad quedando indisolublemente unidos en el tránsito: vida y muerte, risa y llanto, etc.

Ahora, en esta escueta sección de sabiduría ajena, tan solo dos citas, delgados trazos que nos vinculan a la despedida del matutino de hoy:

 - "No se quiebra por delgado, sino por gordo y mal hilado".  (Refrán).

 - "Pocos sospechan al percibir la primera fisura en una pieza de porcelana que esa delgada línea basta para hacerla estallar".  (Nuria Barrios).

Besos y abrazos,

Don.
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