¡Buenos
días!
Otro
matutino más al que me entrego con todo mi ser, el anímico desde luego, y casi
que el físico. Sin embargo, quien sí que anda totalmente retraído es el otoño
tras tantos días de verano venido a más, tan lejos de sí mismo, entregado a una
causa perdida, pues antes o después vendrá lo será menester. De momento, hoy,
pianito, pianito, sin prisas antes del deleite otoñal por llegar en su máximo
apogeo, una pizca más de frescor, con 18ºC de máxima prevista, y sin todavía
atisbo de copiosas lluvias por el horizonte.
Ayer
por la tarde estuve en el cine viendo "En cuerpo y alma"
("Teströl és lélekröl"), de Ildikó Enyedi, y con Géza Morcsányi y
Alexandra Borbély. Es el primer largo que veo de esta directora húngara, con el
que ganó el Oso de Oro de Berlín.
Llega
una nueva inspectora de control de calidad a un matadero de Budapest, una joven
tímida, ensimismada, metódica, y nada sociable. Por casualidad descubre que el
director financiero, dolido por pasados amores, sueña lo mismo que ella (con
una pareja de ciervos en un bosque nevado), coincidencia que lleva repitiéndose
varias noches seguidas. Este hecho provocará una gran conexión afectiva entre
ambos, unos minusválidos emocionales los dos, por distintos motivos, con lo que
sus torpes intentos por acercarse el uno al otro harán muy difícil el encuentro
físico más allá de sus sentimientos.
Una
buena película (nota: 6) que con el sanguinolento trasfondo del matadero,
y alguna otra truculenta escena más, nos cuenta fríamente una cálida historia
de amor entre dos aburridos solitarios, de lo más rarito, que ni por lo más
remoto soñarían con tener una, incapaces de manejar adecuadamente sus
sentimientos, y que comenzando por compartir sueños empezarán a poder abrir
mutuamente sus corazones... y luego el resto de su organismo. Una delicada
manera de mostrar como surge el amor, primero afectivamente, compartiendo
sueños, sean oníricos o de los despiertos, y luego carnalmente... aunque
también podría haber sido al revés, tanto monta, monta tanto, que cuerpo y alma
son lo mismo.
Ahora
un par de citas de sabiduría ajena, para que no solo soñemos sino que lo
hagamos con algún pie en la tierra:
- "Todas las cosas buenas son nuestras;
ya el alma no necesita del cuerpo más que lo que el propio cuerpo necesita del
alma". (Robert Browning).
- "Amar duele. Es como entregarse a ser
desollado y saber que en cualquier momento la otra persona podría irse
llevándose tu piel". (Susan
Sontag).
Besos
y abrazos,
Don.
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