martes, 31 de octubre de 2017

Matutino en cuerpo y alma

¡Buenos días!

Otro matutino más al que me entrego con todo mi ser, el anímico desde luego, y casi que el físico. Sin embargo, quien sí que anda totalmente retraído es el otoño tras tantos días de verano venido a más, tan lejos de sí mismo, entregado a una causa perdida, pues antes o después vendrá lo será menester. De momento, hoy, pianito, pianito, sin prisas antes del deleite otoñal por llegar en su máximo apogeo, una pizca más de frescor, con 18ºC de máxima prevista, y sin todavía atisbo de copiosas lluvias por el horizonte.

Ayer por la tarde estuve en el cine viendo "En cuerpo y alma" ("Teströl és lélekröl"), de Ildikó Enyedi, y con Géza Morcsányi y Alexandra Borbély. Es el primer largo que veo de esta directora húngara, con el que ganó el Oso de Oro de Berlín.

Llega una nueva inspectora de control de calidad a un matadero de Budapest, una joven tímida, ensimismada, metódica, y nada sociable. Por casualidad descubre que el director financiero, dolido por pasados amores, sueña lo mismo que ella (con una pareja de ciervos en un bosque nevado), coincidencia que lleva repitiéndose varias noches seguidas. Este hecho provocará una gran conexión afectiva entre ambos, unos minusválidos emocionales los dos, por distintos motivos, con lo que sus torpes intentos por acercarse el uno al otro harán muy difícil el encuentro físico más allá de sus sentimientos.

Una buena película (nota: 6) que con el sanguinolento trasfondo del matadero, y alguna otra truculenta escena más, nos cuenta fríamente una cálida historia de amor entre dos aburridos solitarios, de lo más rarito, que ni por lo más remoto soñarían con tener una, incapaces de manejar adecuadamente sus sentimientos, y que comenzando por compartir sueños empezarán a poder abrir mutuamente sus corazones... y luego el resto de su organismo. Una delicada manera de mostrar como surge el amor, primero afectivamente, compartiendo sueños, sean oníricos o de los despiertos, y luego carnalmente... aunque también podría haber sido al revés, tanto monta, monta tanto, que cuerpo y alma son lo mismo.

Ahora un par de citas de sabiduría ajena, para que no solo soñemos sino que lo hagamos con algún pie en la tierra:

 - "Todas las cosas buenas son nuestras; ya el alma no necesita del cuerpo más que lo que el propio cuerpo necesita del alma".  (Robert Browning).

 - "Amar duele. Es como entregarse a ser desollado y saber que en cualquier momento la otra persona podría irse llevándose tu piel".  (Susan Sontag).

Besos y abrazos,

Don.
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