lunes, 2 de octubre de 2017

¡Madre del amor hermoso, qué desmadre matutino!

¡Buenos días!

El clima está desbarajustado, quien me lo "barajustará", el... bueno, dejo los caóticos trabalenguas para confirmaros que, efectivamente, está fuera de madre, ¡la madre que le parió!, que no es normal que a estas alturas estemos rondando los 30ºC de máxima prevista día tras día, de aquí hasta...

Este fin de semana estuve en el cine viendo "madre!" ("mother!"), de Darren Aronofsky, y con Jennifer Lawrence y Javier Bardem. Es el séptimo largo de este director, de quien había visto sus cuatro anteriores: "Noé" ("Noah", 2014), "Cisne negro" (Black swan", 2010), "El luchador" ("The wrestler", 2008), y "La fuente de la vida" ("The fountain", 2006), de los cuales solo el del cisne merece la pena y es recomendable, si acaso también el del luchador, pero el resto, incluido el que hoy glosaré, son un despropósito. No he visto sus dos primeros.

Una pareja vive en una desvencijada mansión en medio de la nada que ella lleva tiempo tratando de rehabilitar mientras su marido, a quien idolatra, intenta encontrar la inspiración para el libro que quiere escribir. Para sorpresa de ella de repente se presenta en la casa un desconocido al que su marido acoge sin problemas y le invita a quedarse a vivir con ellos. Al poco llega la esposa, luego los dos hijos, y más y más gente que van tomando posesión de la casa, así que ella empieza a estresarse y quiere echar a todo el mundo, pero no lo consigue, mientras el comportamiento de su marido se va volviendo cada vez más extraño.

Película que apenas nada me dijo (nota: 4) a pesar de provocarme muchas reflexiones, aparente paradoja que no lo es, y que en bastantes momentos me mantuvo en cierta incomodidad, puro desconcierto en su agobiante delirio. Oscuro drama pleno de metáforas, la mayoría muy difíciles de aprehender (por mí) y de las que apenas nada pude aprender, también de crípticas cuestiones filosóficas, cuando no místicas. Tiene buenas maneras formales, a veces tan pasadas de rosca como sus delirios pretenciosos, vacuos las más de las veces. Entre muchas otras cosas, parece hablarnos de las insanas obsesiones de cierta maternidad muy posesiva, también del vano ego del artista que se viene arriba. Durante buena parte del metraje, por sus maneras formales me recordó a la más que sobresaliente "Birdman" (2014) de Alejandro González Iñárritu; también, por esa sensación de hogareña claustrofobia, a "El ángel exterminador" (1962) de Luis Buñuel, y a varias otras más.

Ahora un par de citas de sabiduría ajena, no ciento y la madre:

 - "Cuando la cólera sale de madre, no tiene la lengua padre, ayo ni freno que la corrija".  (Miguel de Cervantes).

 - "¿Cuál puede ser una vida que comienza entre los gritos de las madres que la dan y los lloros del hijo que la recibe?".  (Baltasar Gracián).

Besos y abrazos,

Don.
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