martes, 3 de octubre de 2017

¡Qué éxtasis!, mis idolatrados matutinos me llaman

¡Buenos días!

"Si tú me dices ven, lo dejo todo...". Pues sí, tal y como reza el excelso bolero de Los Panchos, casi que entro en arrobamiento exquisito cada vez que vengo por aquí, por estos matutinos que me tienen en la gloria. Sin embargo, respecto al clima, aunque el calendario diga lo contrario, no oigo la llamada del otoño, con estos días soleados, calurosos, de sudar la gota gorda a poco que te apresures. Como esto siga así perderé mi fe en los ciclos climáticos y se me olvidará el arrobado amor que siento por el otoño, la más excelsa de las estaciones para mí.

Ayer por la tarde estuve en el cine viendo "La llamada", de Javier Calvo y Javier Ambrossi, y con Macarena García (una preciosidad), Anna Castillo (otra preciosidad), Belén Cuesta, Gracia Olayo, y Richard Collins-Moore. Es el debut en la dirección cinematográfica de esta pareja de directores, también en las tablas. Este film es la traslación desde el teatro de la exitosísima obra homónima, que no he visto, tras más de cuatro años de representación continua en una sala madrileña, y en el que las cuatro actrices también estuvieron en la obra teatral en sus dos o tres primeros años de representación, y el actor todavía sigue.

En la serranía segoviana, en un campamento femenino de verano, regentado por monjas, un par de chicas adolescentes, amigas desde siempre, se escapan por la noche para irse a un pueblo cercano para asistir a un concierto de su ídolo musical y conocer a un productor que les avale su carrera en ciernes como dúo artístico de electro-reguetón. A la mañana siguiente son castigadas por la nueva madre superiora, recién llegada para poner orden, a no acudir a la excursión de canoas del fin de semana. Así que quedan solas allí las dos muchachas, la madre superiora y una amable y dubitativa monja. Pero en la primera noche se le aparece Dios a una de las chicas, y lo hace cantándole canciones de Whitney Houston, lo que la deja confundida y desconcertada. Estas visiones místico-musicales, cuyas canciones dicen mucho de lo que son y anhelan las chicas, influirán no solo en la vida de ella, sino también en la de las otras tres.

Una muy buena película (nota: 7), con sus más y sus menos, estos los menos, y con algunos momentos gloriosos, muy divertidos y que me hicieron mucho reír, en buena parte por su desparpajo. Comedia musical de pintorescos personajes y que da muy buen rollo y optimismo, resumido en su lema, el título de la canción compuesta por el dúo de jóvenes protagonistas, "Lo hacemos y ya vemos". Más que hablar de divinas revelaciones, de llamadas místico-religiosas y sus arrobados éxtasis contemplativos, que aparecen cual conejo con su zanahoria de una chistera (o de un armario), va más del despertar de los adolescentes a la vida en general, y a lo amoroso-sexual (o místico) en particular, desnortados siempre, que no saben muy bien lo que les ocurre, confundidos y que deben definirse, decidir que quieren hacer con ellos mismos, con sus vidas, sin injerencias externas. Excelentes actuaciones las de sus cuatro actrices, muy especialmente para mí, la de Anna Castillo, tan auténtica como siempre, una de mis debilidades actorales desde que la vi por primera vez protagonizando la excelente "El olivo" (2016) de Icíar Bollaín, y por la que ganó un Goya a mejor actriz revelación.

Ahora os llamo a que contempléis, no sé si extasiadamente, estas citas de sabiduría ajena que os dejo caer cual maná intelectual:

 - "Amar significa comprometerse sin garantías, entregarse totalmente con la esperanza de producir amor en la persona amada. El amor es un acto de fe, y quien tenga poca fe también tiene poco amor"  (Erich Fromm).

 - "La mejor manera de descubrir si tenemos el amor de Dios es ver si amamos a nuestro prójimo".  (Santa Teresa de Jesús).

 - "De devociones absurdas y santos amargados, líbranos, Señor".  (Santa Teresa de Jesús).

 - "Bienaventurado el que, dejando aparte su gusto e inclinación, mira las cosas en razón y justicia para hacerlas".  (San Juan de la Cruz).

 - "Me parece que el secreto de la vida consiste simplemente en aceptarla tal cual es".  (San Juan de la Cruz).

Besos y abrazos,

Don.
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