¡Buenos
días!
Como
cada mañana entro en este ecosistema matutino desde el de la realidad
cotidiana, y parece que me desenvuelvo más o menos bien en ambos. Por lo demás,
seguimos de "veroño" o de "otorano", esa ambivalente nueva
estación que este año parece ocupar el nicho ecológico, estacional quería
decir, del otoño de calendario, pues sigue haciendo casi calor de verano, y en
vez de sentir el lógico frescor en nuestra piel, esta está más bien sudorosa a
poco que te pongas al sol y te muevas un poco. Para hoy hay previstos 25ºC de
máxima por los madriles... ¡y 28ºC para mañana!...
Ayer
por la tarde estuve en el cine viendo "La piel fría"
("Cold skin"), de Xavier Gens, y con David Oakes, Ray Stevenson, y
Aura Garrido. Es el primer largo que veo de este director francés, que está
basado en la novela homónima de Albert Sánchez Piñol.
A
una desolada isla en medio del inmenso océano llega un oficial atmosférico para
encargarse de mediciones meteorológicas, y relevar al anterior, pero no le
encuentran, inexplicablemente desaparecido. Deberá permanecer un año hasta el
siguiente relevo. Allí solo vive un huraño farero. Enseguida descubrirá los
peligros de la misteriosa isla, pues ambos son asediados cada noche por hordas
de extrañas criaturas marinas antropomorfas debiendo defender su vida en cada
asalto.
No
he leído la novela, que tal vez sea mejor, pues este inverosímil film del
género fantástico a duras penas algo me dijo (nota: 4), apenas
nada. Parecía destilar una metáfora de que el miedo hacia el otro, por
desconocimiento, nos lleva a odiarle y a querer erradicarlo. En definitiva, que
me dejó tan frío como la piel del título, y tan solo destacaría sus correctas
hechuras formales y a una irreconocible monstruita de viscosa y gélida piel, en
este film, Aura Garrido, que me encanta desde que la descubrí en la estupenda y
recomendable "Stockholm" (2013) de Rodrigo Sorogoyen, y luego seguí
viéndola en la espléndida serie de televisión "El ministerio del
tiempo", de la que soy fiel seguidor, sin histerias.
Ahora
unas citas de sabiduría ajena, que tal vez nos ayude a mejor aceptar y
adaptarnos a los diferentes mundos que nos rodean:
- "Vale más vivir y morir de una vez, que
no languidecer cada día en nuestra habitación bajo el pretexto de
preservarnos". (Robert L.
Stevenson).
- "Entrar en el terreno de los hechos es
entrar en el mundo de los límites. Las cosas pueden emanciparse de ciertas
leyes accidentales o pegadizas, pero no pueden escapar a las leyes de su
naturaleza. Se puede liberar a un tigre de su jaula, pero no de su piel
manchada". (Gilbert K. Chesterton).
- "Nadie nace odiando a otra persona por
el color de su piel, o su origen, o su religión". (Nelson Mandela).
- "Nos escondemos en la fría indiferencia
al sufrimiento innecesario de otros, incluso cuando lo causamos". (James Carroll).
Besos
y abrazos,
Don.
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