¡Buenos
días!
Pues
mis matutinos ven la mar de bien, y muy bien la mar aunque estén tierra adentro
haciéndome compañía. Además ya están más que graduados en la escuela de la
vida, no en vano acudo a ellos a ver si aprendo algo con el mero (este no de la
mar) estar por aquí. Y respecto de los grados de termómetro, estos parecen más
o menos ajustados a lo que se espera por estas fechas en los madriles: hoy 20ºC
de máxima prevista con pocas nubes, bastante sol y confort ambiental. Así que
no sé muy bien el porqué del mal del título... tal vez tenga algo que ver con
la película que a continuación glosaré, nada que ver (esta vez la graduación sí
que es mala) con la muy espléndida "El graduado" ("The
graduate", 1967) de Mike Nichols.
Ayer
por la tarde estuve en el cine viendo "Canción de Nueva York"
("The only living boy in New York"), de Marc Webb, y con Callum
Turner, Kate Beckinsale (todo un pibón), Pierce Brosnan, Jeff Bridges, Cynthia
Nixon, y Kiersey Clemons. Es el quinto largo de este director, de quien había
visto tres de sus cuatro anteriores, comenzando por su espléndido debut con
"(500) días juntos" ("(500) days of Summer",
2009), una divertidísima e inteligentísima comedia romántica que os recomiendo
encarecidamente que veais, y siguiendo por "The amazing Spider-Man" (2012) y "Un don excepcional" ("Gifted", 2017).
Un
joven que acaba de graduarse en la universidad, hijo de un rico editor, recibe
el mazazo de que su novia (o eso creía él) va a dejarle. Es consolado por un
nuevo vecino, maduro y desencantado de la vida, que le anima a seguir adelante,
a pasar página, y también le aconseja que revitalice sus ilusiones por ser
escritor. Por casualidad descubre que su padre tiene una amante, mujer de
bandera, y empieza a espiarlos buscando la oportunidad de romper esa relación
que destrozaría a su madre si la descubriera. En el trance acabará enrollado y
perdidamente enamorado de ese bellezón, mayor que él y que mantiene a
escondidas el romance con ambos.
Una
película, algo relamido melodrama romántico sobre un chaval que aprenderá algo
más de la vida y del amor a través de sus frustraciones y con la ayuda de su
mentor, que pese algún escaso destello de interés, apenas me dijo algo (nota:
4), y cuya ramploncilla y manida historia sobre dos o tres tríos
amorosos entrelazados coqueteó con mi aburrimiento, básicamente porque casi no
hay quien se la crea, al menos yo no lo hice, debido a sus impostadas
inverosimilitudes.
Ahora
en la sección de sabiduría ajena, hoy bien graduada, ajustada en su número, una
sola cita, bastante atinada creo:
- "Nadie está graduado en el arte de la
vida mientras no haya sido tentado".
(George Eliot).
Besos
y abrazos,
Don.
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