¡Buenos
días!
Se
gestan en las oscuras cavernas de mis entendederas el día anterior a su
alumbramiento a la vida virtual entre bits y más bits a causa de los films que
suelo ver. Después deambulan con mejor o peor suerte en sus avatares, pero
siempre queridos por mí, todos y cada uno de ellos, sin excepción, que son
carne de mi carne... quería decir, ideal ideario de mis ideas. Por lo demás,
estos días de otoño de calendario siguen desmadrados, fuera de lugar, que más
de verano parecen, con ese seco sol a raudales que eleva las máximas hasta casi
la treintena, y no se ve en lontananza, según las previsiones, que vaya a
cambiar la cosa a semana vista.
Ayer
por la tarde estuve en el cine viendo "El jardín de Jeannette"
("Une vie"), de Stéphane Brizé, basada en la novela homónima, en
francés, de Guy de Maupassant, también titulada "L'humble vérité", y
con Judith Chemla, Jean-Pierre Darroussin, Yolande Moreau, Swann Arlaud, y Nina
Meurisse. De este director francés había visto tres de sus anteriores
películas, "La ley del mercado" ("La loi du marché",
2015), y las deliciosas y recomendabilísimas "No estoy hecho para ser amado" ("Je ne suis pas
là pour être aimé", 2005), y "Mademoiselle Chambon" (2009), esta última toda una
joyita cinéfila para mí.
A
primeros del siglo XIX en Normandía una joven de noble familia, inocente y
soñadora, recién acabados sus estudios en un convento, regresa a la casa de sus
padres y al poco se casa con otro joven noble de la zona. Enseguida este no
tarda en mostrarse como un tipo cicatero e infiel con ella en reiteradas
ocasiones, con lo que se va desencantando. Enviuda trágicamente al poco de nacer
su bebé y los sinsabores de la vida siguen cebándose con ella, esta vez a causa
de los disgustos que le proporciona su amado hijo, a medida que va creciendo, y
todo un tarambana al hacerse adulto.
Una
película cuya historia no me llegó del todo (nota: 5), a pesar
de su diferente y muy estilosa puesta en escena, para lo que suele ser en los
films de época, muy canónicos en general, y de estupendas maneras formales, a
ratos casi luminosamente poética en contraste con las amarguras vitales que
invaden a la protagonista. En bastantes momentos no me sentí cómodo viendo este
melodrama con reminiscencias folletinescas, que narra, a base de elipsis
temporales que van y vienen, fragmentos de la vida de esta desdichada mujer
doliente y madre adicta a su hijo, aunque este nada bueno le reporte. Además,
el título en español, que nada esencial dice de lo que va la historia, salvo el
nombre de la protagonista y que tiene un huerto en su casona (???), es para
pedirle cuentas al lumbreras de su creador, que se complicó la vida
innecesariamente, o justo lo contrario, pura desidia. A saber.
Pues
para saber algo más, quizá de humildad, nada como un poquito de sabiduría
ajena, hoy con dos citas del autor en que se inspira la película hoy glosada:
- "Nuestro gran tormento en la vida
proviene de que estamos solos y todos nuestros actos y esfuerzos tienden a huir
de esa soledad". (Guy de
Maupassant).
- "El amor es siempre amor, venga de
donde venga. Un corazón que late con su acercamiento, un ojo que llora cuando
se va, son cosas tan raras, tan dulces, tan preciosas que nunca deben ser
despreciadas". (Guy de Maupassant).
Besos
y abrazos,
Don.
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