¡Buenos días!
Estos matutinos que siempre
van de uno a otro lado, y a través de los cuales manifiesto mi ser, no cesan de
cambiar al albur de las películas que veo y los sucesos que acaecen en mi
derredor. Por lo demás, la siempre mutable primavera hoy nos regala con otro
soleado y delicioso día, con máxima prevista de 25ºC, más que en pasados días,
y menos que en los que están por venir, en un continuo proceso, eso sí,
oscilante, hacia el verano por llegar, que en el próximo solsticio ambos se
intercambiarán a efectos de calendario.
Este fin de semana estuve en
el cine viendo “52 martes” (“52 Tuesdays”), de Sophie
Hyde, y con Tilda Cobham-Hervey, Del Herbert-Jane, Beau Travis Williams, Imogen
Archer, Sam Althuizen, y Mario Spate. Primer largo de ficción de esta directora
australiana, y el primer film suyo que veo. La película se rodó durante un año
a razón de un martes por semana y en ella aparecen trozos grabados de todos y
cada uno de los 52 martes. Por esta manera de rodar recuerda a "Boyhood (Momentos de una vida)" ("Boyhood",
2014), de Richard Linklater, ésta con periodicidad anual, y la hoy glosada con
periodicidad semanal.
A una joven de 16 años su
madre le comunica una noticia inesperada: va a cambiar de sexo y se va a
convertir en varón. Así que la envía a vivir con su exmarido, y padre de la
chica, durante un año. Ambas acuerdan que se verán todos y cada uno de los
martes por la tarde de ese año, en total 52. Su vida cambiará mucho durante el
proceso de transición de ambas, uno intersexual, el otro de maduración vital.
Una muy buena película (nota:
7) este drama familiar con dos capas perfectamente entremezcladas,
a medio camino de la realidad y la ficción: una con maneras de documental que
documenta, valga la redundancia, el proceso de cambio de género sexual de la
madre; y otra no tanto (o sí) que muestra el tránsito hacia la madurez de una
chica ya de por sí bastante madura y sensata (o insensata) para su edad.
Historia de identidades, sexuales y personales, de las preocupaciones de unos
padres ante el devenir de sus hijos, las incomprensiones de estos ante las
decisiones de sus padres, que a ratos me desconcertó (cosas del
"escabroso" tema base de la transexualidad, con el que no estoy
habituado a tratar) y que a ratos me sublimó cuando los sentimientos afloraban
más de lo normal, plena de sensibilidad, y de una espléndida factura técnica
(excelentes fotografía y maneras de narrar).
Ahora algo de sabiduría
ajena, que seguro nos ayuda a transitar por la transitoria vida que no cesa de
transformarnos:
- "No somos las mismas personas que el
año pasado, tampoco lo son aquellos a los que amamos. Es extraordinario que,
cambiando, podamos seguir amando a alguien que también cambió". (William Somerset Maugham).
- "Las personas cambian y generalmente se
olvidan de comunicar dicho cambio a los demás". (Lilliam Hellman).
- "Si algo he aprendido en la vida es a
no perder el tiempo intentando cambiar el modo de ser del prójimo". (Carmen Martín Gaite).
- "Quien pretenda una felicidad y
sabiduría constantes, deberá acomodarse a frecuentes cambios". (Confucio).
- "Nada de lo que fue vuelve a ser, y las
cosas y los hombres y los niños no son lo que fueron un día". (Ernesto Sábato).
- "Al fin y al cabo, somos lo que hacemos
para cambiar lo que somos".
(Eduardo Galeano).
Besos y abrazos,
Don.
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