jueves, 21 de mayo de 2015

Matutino endeudado

¡Buenos días!

Siempre estoy y estaré en deuda con mis bien amados matutinos, y viceversa, pero de común y tácito acuerdo jamás nos reclamaremos los débitos. Y así todos felices seguiremos armoniosamente nuestro común rumbo sin nada que debernos, y debiéndonos todo. Por lo demás, esta primavera que ya nos lo ha dado casi todo, sigue regalándonos con sus inagotables dones... carpe diem. Seguimos de soleado frescor, con 20ºC previstos de máxima para hoy.

Ayer por la tarde estuve en el cine viendo "La deuda" ("Oliver's deal"), de Barney Elliott, y con Stephen Dorff, Alberto Ammann, Amiel Cayo, Elsa Olivero, Carlos Bardem, y David Strathairn. Es el debut en el largo de este director estadounidense afincado en Perú.

Hace unos cuarenta años, el gobierno peruano expropió unas tierras a los terratenientes para repartir entre campesinos pobres a cambio de unos bonos. Nunca saldó esa deuda. Ahora, una serie de tiburones financieros de Wall Street, tratan de recomprar a un irrisorio precio esos bonos olvidados (casi papel mojado) con la idea de especular con ellos y hacer inmensa fortuna. Una vez conseguidos, entablan duras negociaciones con el gobierno para que les pague ya. Este acuerdo traerá dramáticas consecuencias para la población peruana (recortes sanitarios y demás) que pagarán, entre otras cosas, con su salud y vidas (¿de qué me suena esto en este país nuestro?).

Una buena película (nota: 6), con tres historias que acabarán por entrecruzarse, la de los tiburones financieros, la de una enfermera de hospital cuya madre necesita una urgente operación y siempre está en la lista de espera, y la de unos humildes campesinos del altiplano que pueden perder sus tierras y quedarse sin nada. Muy buen estilo narrativo y formal, pero con algunas flojezas de guión, las de este dramático thriller sobre sucios tejemanejes financieros, miserable explotación económica y ruin corrupción política, y generalizada en una sociedad que trata de sobrevivir como puede y sin muchos miramientos. También de como pequeños actos individuales y grandes decisiones corporativas pueden influir de forma más o menos insospechada en el resto, que ni se imaginan lo que les cae encima. La globalización en su lado perverso, sólo vista como aprovechamiento del débil.

Ahora algo de sabiduría ajena, con la que espero estemos todos en deuda para siempre:

 - "El poder conseguido por medios culpables nunca se ejercitó en buenos propósitos".  (Tácito).

 - "Cuando alguien dice estar de acuerdo, en principio, en hacer algo, quiere decir que no tiene la menor intención de hacerlo".  (Otto von Bismark).

 - "Cuatro cosas es necesario extinguir en su principio: las deudas, el fuego, los enemigos y la enfermedad".  (Confucio).

 - "En esencia somos criaturas sociales. La idea de que uno puede empezar algo de la nada, libre del pasado o sin deuda alguna a otros, no podría estar más equivocada".  (Karl Popper).

 - "Cuando las deudas no se pagan porque no se puede, lo mejor es no hablar de ellas y barajar".  (Camilo José Cela).

Besos y abrazos,

Don.
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