martes, 26 de mayo de 2015

Cosecha matutina

¡Buenos días!

Otro matutino más que recolecto tras haberme sembrado una película unas escuetas ideas que granaron en mi mente, y cuyas semillas espero germinen por doquier, en un ciclo continuo que espero jamás se detenga. Y también sigo acaparando todo lo que puedo estos deliciosos dones que la primavera nos regala, en otro maravilloso día de soleados 25ºC de máxima prevista por los madriles.

Ayer por la tarde estuve en el cine viendo "Corn island" ("Simindis kundzuli"), de George Ovashvili, y con Ilyas Salman, Mariam Buturishvili, Irakli Samushia, y Tamer Levent. Es el primer largo que veo de este director georgiano. Pero es el segundo film georgiano que veo en mi vida, tras haber visto otro hace tan sólo tres semanas: "Mandarinas" ("Mandariinid") de Zaza Urushadze, también ambientado durante la guerra de primeros de los 90 entre Georgia y Abjasia.

El río Enguri, que nace en el Cáucaso y desemboca en el Mar Negro, forma la frontera entre Georgia y Abjasia. Con cada crecida primaveral el río trae suelo fértil, creándose pequeñas islas de limo que desaparecerán barridas por las crecidas otoñales. Como cada año, un anciano agricultor, junto con su nieta adolescente, toma posesión de una de estas islas surgidas de la nada cada temporada. Con sumo esfuerzo construye un chamizo provisional, y planta una vital cosecha de maíz para poder subsistir durante el invierno, que podrán recolectar si lo permite la guerra circundante, con soldados de ambos bandos merodeando, pero sobre todo y sobre todos, la implacable naturaleza. El maíz madura, la nieta florece, la muerte ronda. Los ciclos de la vida.

Una estupenda película (nota: 8) este pausadísimo drama, de esos en los que casi se ve y oye crecer la hierba (el maíz, más bien en este caso), escueto, mínimo, con apenas unos pocos parcos diálogos, casi un documental, sutil y que se recrea en el pequeño detalle, pero que es una fábula, llena de simbolismo, de poética y sensible hermosura, con una exquisita fotografía, sobre lo efímero de la vida, regida por los inevitables ciclos de una apabullante naturaleza (en ambos sentidos, por lo bella y amenazante que es). Si no os tira para atrás este tipo de cine extasiado, no de mayorías precisamente, os la recomiendo, que me hizo pasar un rato la mar de serenamente placentero.

Ahora algo de sabiduría ajena, de la que espero sepamos recoger sus preciados frutos:

 - "La belleza del fruto está en proporción del tiempo que transcurre entre la semilla y la recolección".  (John Ruskin).

 - "Las cosas bellas son perecederas y los bellos tiempos son efímeros".  (Jaime Balmes).

 - "Llorar, sí; pero llorar de pie, trabajando; vale más sembrar una cosecha que llorar por lo que se perdió".  (Alejandro Casona).

 - "No juzgues cada día por la cosecha que recoges, sino por las semillas que plantas".  (Robert Louis Stevenson).

Besos y abrazos,

Don.
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