domingo, 14 de diciembre de 2014

¡Qué cruz de matutino!

¡Buenos días!

Más bien todo lo contrario, que estos matutinos no suponen para mí la más leve carga, ni por supuesto son imposición de nadie, ni siquiera de mí mismo, pues a pesar de alguna dificultad que otra que conllevan los hago con suma liviandad, dadas las alegrías y bondades que me reportan. El otoño sigue fluyendo con naturalidad, esta vez gracias a las lubrificantes lluvias que le son propias, en este día gris y tristón, gracias al cual refulgen con mayor intensidad los hermosísimos colores del otoño, invitándonos a caminar con jubiloso ánimo por entre las casi infinitas veredas que nos depara. Carpe diem.

Ayer por la tarde estuve en el cine viendo "Camino de la cruz" ("Kreuzweg"), de Dietrich Brüggemann, y con Lea van Acken, Franziska Weisz, y Florian Stetter. De este director alemán es el primero de sus largos que veo.

María, una adolescente de 14 años que vive en el seno de una intolerante familia ultracatólica va a recibir el sacramento de la confirmación. Atizada por las charlas catequistas del radical párroco, aspira a convertirse en una santa mientras, prisionera en su particular vía crucis, se debate entre sus profundas convicciones religiosas y sus naturales anhelos de adolescente, autoreprimidos, y reprimidos por su intransigente madre y el opresivo entorno eclesial, consecuencia de esa exacerbada moral católica del valle de lágrimas y de venir sólo a sufrir a este mundo, coronas de espinas y cilicios no sólo físicos sino también mentales... y morales... mundo que por cierto es el único que hay, que del otro no tenemos noticia alguna, salvo algún delirante iluminado.

Una muy buena película, de gran belleza formal, sobria, seca, tensa, dramática, y de una absoluta desolación (en todas las acepciones de la RAE), sobre las terribles consecuencias de la religión llevada al extremo. Estructurada en 14 capítulos, 14 tomas de un tirón, con los mismos títulos que las 14 estaciones del vía crucis católico, nos va sometiendo con su exposición sin tomar partido a la misma presión que esta atribulada y confundida niña padece, para que los hechos hablen por sí solos y pongan de manifiesto este absurdo. Comenzando por su aberrante adoctrinamiento, y hasta abocarla a su delirante final, en un perfecto remedo del vía crucis, cual si María, nuestra protagonista, fuera Jesús. Este film me recordó, especialmente en su parte final, a "Camino" (2008) de Javier Fesser.

Ahora algo de sabiduría ajena, que seguro nos eleva a los altares del conocimiento total, a través de los más variados caminos que esta vida nos ofrece:

 - "Todos los caminos conducen a Roma".  (Refrán).

 - "En esta vida en que estamos todos somos peregrinos del cielo, aunque caminamos por diferentes caminos".  (Antonio Mira de Amescua).

 - "La religión está en el corazón, no en las rodillas".  (Douglas Williams Jerrold).

 - "La cruz, en los pechos; y el diablo, en los hechos".  (Refrán).

 - "Lleva tu cruz cantando y no suspirando. En todo mercado vale más una sonrisa que mil lamentos".  (Charles Lamb).

Besos y abrazos,

Don.
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