¡Buenos días!
Más bien todo lo contrario,
que estos matutinos no suponen para mí la más leve carga, ni por supuesto son
imposición de nadie, ni siquiera de mí mismo, pues a pesar de alguna dificultad
que otra que conllevan los hago con suma liviandad, dadas las alegrías y
bondades que me reportan. El otoño sigue fluyendo con naturalidad, esta vez
gracias a las lubrificantes lluvias que le son propias, en este día gris y
tristón, gracias al cual refulgen con mayor intensidad los hermosísimos colores
del otoño, invitándonos a caminar con jubiloso ánimo por entre las casi
infinitas veredas que nos depara. Carpe diem.
Ayer por la tarde estuve en
el cine viendo "Camino de la cruz"
("Kreuzweg"), de Dietrich Brüggemann, y con Lea van Acken, Franziska
Weisz, y Florian Stetter. De este director alemán es el primero de sus largos
que veo.
María, una adolescente de 14
años que vive en el seno de una intolerante familia ultracatólica va a recibir
el sacramento de la confirmación. Atizada por las charlas catequistas del
radical párroco, aspira a convertirse en una santa mientras, prisionera en su
particular vía crucis, se debate entre sus profundas convicciones religiosas y
sus naturales anhelos de adolescente, autoreprimidos, y reprimidos por su
intransigente madre y el opresivo entorno eclesial, consecuencia de esa
exacerbada moral católica del valle de lágrimas y de venir sólo a sufrir a este
mundo, coronas de espinas y cilicios no sólo físicos sino también mentales... y
morales... mundo que por cierto es el único que hay, que del otro no tenemos
noticia alguna, salvo algún delirante iluminado.
Una muy buena película, de
gran belleza formal, sobria, seca, tensa, dramática, y de una absoluta
desolación (en todas las acepciones de la RAE), sobre las terribles
consecuencias de la religión llevada al extremo. Estructurada en 14 capítulos,
14 tomas de un tirón, con los mismos títulos que las 14 estaciones del vía
crucis católico, nos va sometiendo con su exposición sin tomar partido a la
misma presión que esta atribulada y confundida niña padece, para que los hechos
hablen por sí solos y pongan de manifiesto este absurdo. Comenzando por su
aberrante adoctrinamiento, y hasta abocarla a su delirante final, en un
perfecto remedo del vía crucis, cual si María, nuestra protagonista, fuera
Jesús. Este film me recordó, especialmente en su parte final, a
"Camino" (2008) de Javier Fesser.
Ahora algo de sabiduría
ajena, que seguro nos eleva a los altares del conocimiento total, a través de
los más variados caminos que esta vida nos ofrece:
- "Todos los caminos conducen a
Roma". (Refrán).
- "En esta vida en que estamos todos
somos peregrinos del cielo, aunque caminamos por diferentes caminos". (Antonio Mira de Amescua).
- "La religión está en el corazón, no en
las rodillas". (Douglas Williams
Jerrold).
- "La cruz, en los pechos; y el diablo,
en los hechos". (Refrán).
- "Lleva tu cruz cantando y no
suspirando. En todo mercado vale más una sonrisa que mil lamentos". (Charles Lamb).
Besos y abrazos,
Don.
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