¡Buenos días!
Parece una contradicción el
título, pero bien mirado, e interpretado a lo argentino, pues no.
Requetesensibilidad a flor de piel en este dulcísimo día de veranillo en pleno
otoño que hace por los madriles, con máximas previstas para hoy en torno a los
27ºC, lo que también sucedió este pasado fin de semana, así que ¿cómo voy a
estar cabreado con nada?
Este fin de semana estuve en
el cine viendo "Relatos salvajes", de Damián
Szifron, y con Ricardo Darín, Darío Grandinetti, Leonardo Sbaraglia, Érica
Rivas, Oscar Martínez, Rita Cortese, y Julieta Zylberberg, entre muchos otros
más, que es muy coral, al estar formada por seis relatos. Es el tercer largo de
este director argentino, de quien había visto su segundo y anterior,
"Tiempo de valientes" (2005),
tan estupendo como el que os pasaré a glosar ahora mismo.
Seis episodios totalmente
independientes entre sí en los que vemos a unos personajes absolutamente
normales que en un determinado momento pierden el control y se dejan llevar por
un demoledor arrebato de indignación y violencia. Un músico frustrado en
"Pasternak", una camarera humillada en "Las ratas", dos
conductores picados en "El más fuerte", un ingeniero indignado con la
burocracia en "Bombita", una familia cuyo hijo se ha visto implicado
en un accidente mortal en "La propuesta", y una novia engañada en
"Hasta que la muerte nos separe".
Una estupenda película de
seis relatos breves, contundentes, plenos de salvaje ironía y macabro sentido
del humor, quizás metáforas de la situación argentina, o más global, sobre unas
personas de lo más normal cuya paciencia se agota con esa gota que colma el
vaso, que pierden los estribos y dan rienda suelta a sus desbocados instintos
como catarsis liberadora de la opresión que siempre reprimieron, pasando a la
acción directa justo en el momento en el que la mayoría de nosotros nos
retrotraeríamos civilizadamente, imaginando fanfarronamente que hubiéramos
hecho o podido hacer.
Ahora algo de sabiduría
ajena, que a lo mejor nos da pautas para bien asilvestrarnos cuando sea
menester:
- "Rascad al hombre civilizado y
aparecerá el salvaje". (Arthur
Schopenhauer).
- "Hay que escuchar a la cabeza, pero
dejar hablar al corazón".
(Marguerite Yourcenar).
- "La justicia es la venganza del hombre
social, como la venganza es la justicia del hombre salvaje". (Epicuro).
- "Me parece que la civilización tiende
más a refinar el vicio que a perfeccionar la virtud". (Edmond Thiaudière).
- "Entre todas las alegrías, la absurda
es la más alegre; es la alegría de los niños, de los labriegos y de los
salvajes; es decir, de todos aquellos seres que están más cerca de la
naturaleza que nosotros". (Azorín).
Besos y abrazos,
Don.
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