lunes, 20 de octubre de 2014

Matutino muy resentido, pero nada indignado

¡Buenos días!

Parece una contradicción el título, pero bien mirado, e interpretado a lo argentino, pues no. Requetesensibilidad a flor de piel en este dulcísimo día de veranillo en pleno otoño que hace por los madriles, con máximas previstas para hoy en torno a los 27ºC, lo que también sucedió este pasado fin de semana, así que ¿cómo voy a estar cabreado con nada?

Este fin de semana estuve en el cine viendo "Relatos salvajes", de Damián Szifron, y con Ricardo Darín, Darío Grandinetti, Leonardo Sbaraglia, Érica Rivas, Oscar Martínez, Rita Cortese, y Julieta Zylberberg, entre muchos otros más, que es muy coral, al estar formada por seis relatos. Es el tercer largo de este director argentino, de quien había visto su segundo y anterior, "Tiempo de valientes" (2005), tan estupendo como el que os pasaré a glosar ahora mismo.

Seis episodios totalmente independientes entre sí en los que vemos a unos personajes absolutamente normales que en un determinado momento pierden el control y se dejan llevar por un demoledor arrebato de indignación y violencia. Un músico frustrado en "Pasternak", una camarera humillada en "Las ratas", dos conductores picados en "El más fuerte", un ingeniero indignado con la burocracia en "Bombita", una familia cuyo hijo se ha visto implicado en un accidente mortal en "La propuesta", y una novia engañada en "Hasta que la muerte nos separe".

Una estupenda película de seis relatos breves, contundentes, plenos de salvaje ironía y macabro sentido del humor, quizás metáforas de la situación argentina, o más global, sobre unas personas de lo más normal cuya paciencia se agota con esa gota que colma el vaso, que pierden los estribos y dan rienda suelta a sus desbocados instintos como catarsis liberadora de la opresión que siempre reprimieron, pasando a la acción directa justo en el momento en el que la mayoría de nosotros nos retrotraeríamos civilizadamente, imaginando fanfarronamente que hubiéramos hecho o podido hacer.

Ahora algo de sabiduría ajena, que a lo mejor nos da pautas para bien asilvestrarnos cuando sea menester:

 - "Rascad al hombre civilizado y aparecerá el salvaje".  (Arthur Schopenhauer).

 - "Hay que escuchar a la cabeza, pero dejar hablar al corazón".  (Marguerite Yourcenar).

 - "La justicia es la venganza del hombre social, como la venganza es la justicia del hombre salvaje".  (Epicuro).

 - "Me parece que la civilización tiende más a refinar el vicio que a perfeccionar la virtud".  (Edmond Thiaudière).

 - "Entre todas las alegrías, la absurda es la más alegre; es la alegría de los niños, de los labriegos y de los salvajes; es decir, de todos aquellos seres que están más cerca de la naturaleza que nosotros".  (Azorín).

Besos y abrazos,

Don.
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