¡Buenos días!
Plomizo día de otoño tenemos
hoy, de prieta grisura nubosa que se desmenuza en tibias gotitas de agua. No
voy a indagar sobre su presunta tristeza, no vaya a ser que me lleve una
sorpresa y termine por averiguar que en realidad la melancólica lluvia otoñal,
tan querida de románticos poetas, es el acuoso salpicón, o el nada soso picón,
de la alegría otoñal chapoteando retozonamente sobre nuestras cabezas.
Ayer por la tarde estuve en
el cine viendo "Black coal" ("Bai ri yan
huo", "Black coal, thin ice"), de Diao Yinan, y con Liao Fan, y
Gwei Lun Mei. Es el primer largo que veo de este director chino.
El empleado de una mina de
carbón es asesinado, descuartizado, y sus múltiples trozos diseminados por
todos los rincones de la gélida Manchuria (noreste de China). El inspector
encargado del caso, del que se acaba de divorciar su esposa, tiene que
abandonar al poco su investigación, pues en el curso de ella es gravemente
herido, dos de sus compañeros son muertos, y queda sin resolver el asesinato.
Reconvertido en guarda de seguridad privada de una factoría industrial de la
zona, desalentado y con problemas de alcoholismo, cinco años después se vuelven
a cometer similares asesinatos, con la particularidad de que todas las víctimas
tuvieron relación con la atribulada esposa del primer asesinado, por lo que
decide intentar capturar por su cuenta al asesino, al margen de las pesquisas
de sus ex-compañeros policías.
Thriller de cine negro, como
el propio título sugiere, y sucio como el carbón, extravagante y que sorprende,
con notas de humor. Sin embargo, como con la glosada ayer, a pesar de sus
buenas maneras estilísticas, la historia de este policía obsesionado con
resolver un crimen, que esconde otro crimen, y también obnubilado con la bella
mujer que se encuentra en medio de este nudo gordiano de varias capas, entre
cuyos estratos se esconde algo de fatal e invisible grisú, no me dijo nada y me
aburrió durante casi todo su metraje con bastantes de sus absurdeces. Por
ciertas maneras, me recordó a una estupendísima película coreana (del sur) que
vi hace años: "Memories of murder (Crónica de un asesino en serie)"
("Salinui chueok", 2003), de Bong Joon-Ho,
ésta, sí, muy recomendable.
Ahora algo de sabiduría
ajena, para arrojar algo de luz sobre las negruras del intelecto:
- "Por mucho que limpien el terreno de la
última brizna de hierba, por mucho que se impregne el aire con el humo del
carbón y del petróleo, por mucho que corten árboles y desaparezcan todos los
animales, siempre habrá primavera".
(León Tolstoi).
- "El cabrón nace, y el carbón se
hace". (Refrán).
- "Todo peligro pierde mucho de su
amenaza cuando se han descubierto sus causas". (Konrad Lorenz).
- "El horizonte es negro, la tempestad
amenaza; trabajemos. Este es el único remedio para el mal del siglo". (André Maurois).
- "Observa todo lo blanco que hay en
torno tuyo, pero recuerda todo lo negro que existe". (Lao-tsé).
Besos y abrazos,
Don.
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