¡Buenos días!
Un tanto desmelenado se nos está presentando este otoño últimamente, lo que no es óbice para que cumpla fielmente con los requerimientos esperados de esta estación, los más canónicos, pues vivimos en un carrusel de días que van y vienen, bien con gris nubosidad, fuertes lluvias y más o menos airadas ventoleras, bien con fina lluvia, bien con nubes y claros, bien con sol radiante, situaciones que también casi se dan en un mismo día. Hoy parece que toca cielo muy gris y algo de lluvia sin demasiado viento y una máxima prevista de 21ºC por los madriles. Por lo demás, aquí sigo con otro de mis matutinos, siguiendo sus rutinas, aunque ellos, un tanto indomables, tratan siempre de salir por peteneras, de acuerdo a su propia idiosincrasia, que no callan ni debajo del agua.
Este fin de semana estuve en el cine viendo una de animación por ordenador. Se trató de "Robot salvaje" ("The wild robot", 2024), de Chris Sanders, basada en el cuento homónimo de Peter Brown. De su director había visto dos de sus anteriores películas, ambas de animación y codirigidas con otros, "Los Croods" ("The Croods", 2013) con Kirk Demicco y "Cómo entrenar a tu dragón" ("How to train your dragon", 2010) con Dean Deblois.
Un cargamento de robots de avanzada tecnología naufraga en una isla deshabitada. Solo uno de ellos, programado para ser muy servicial, sobrevive y deberá adaptarse al duro entorno poblado de animales salvajes que le rehúyen o intentan atacar y le complicarán mucho la existencia. Por accidente se convertirá en la madre adoptiva de un ansarino huérfano y poco a poco irá aprendiendo a relacionarse con el resto de los animales de la isla.
Muy buena película (nota: 7) que, sin embargo, no acababa de convencerme durante su primer tercio de metraje o algo más, y que pasado ese trance me llegó a emocionar, con vaivenes, con sus más y sus menos, hasta su final. Muy loables los mensajes que destila, pues nos habla sobre diversas cuestiones, de relaciones madre-hijo, de sentirse querido (o no) por los demás, del rechazo al diferente, de las mejores aptitudes (y actitudes) de cada cual, de integrarse, de aceptar a los demás y de aceptarse a uno mismo, de encontrar nuestro lugar en el mundo, de lo bueno que es ser bueno y la paciencia para convencer al resto de esto... y del enfrentamiento (o intento de acercamiento) entre la fría lógica de los algoritmos de la inteligencia artificial y el puro instinto de supervivencia animal, que en fondo no son tan distintos, pues ambos reaccionan automáticamente a los estímulos, y tal vez necesiten a veces parar un poco antes de saltar ante las pulsiones, reflexionar sobre las consecuencias de sus actos, ponerle empatía y juntos tirar para adelante. Por supuesto, todo con muchas implicaciones en los cotidianos contratiempos de nuestras humanas sociedades.
Como es norma, llega la sabiduría ajena, con estas citas que he escogido a mi aire:
- "Un hombre sin ética es una bestia salvaje soltada a este mundo". (Albert Camus).
- "Si la naturaleza prevalece sobre la cultura, se tiene a un salvaje; si es la cultura lo que prevalece, a un pedante. Solo del equilibrio nace el caballero". (Confucio).
- "Cuando una mujer es madre no va al colegio, nadie te enseña cómo comportarte, cómo ser madre. No hay estudios para ser madre, entonces, ¿qué haces? Reproduces automáticamente el comportamiento de tu madre. Esto ocurre de generación en generación hasta que una generación dice: hasta aquí, alto". (Kaouther Ben Hania).
Besos y abrazos,
Don.
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