¡Buenos días!
No se vislumbra destello de sol alguno en este tibio amanecer (14ºC), muy gris y lluvioso, de momento gota a gota, pero que según las previsiones irá a más, ventoleras incluidas, cumpliendo bastante bien con los cánones otoñales. La máxima prevista para hoy por los madriles será de 21ºC. Así que, agradablemente deslumbrado por el fulgor de este nuevo matutino, al que me arrimo para sentir su bondadoso calor, que tanto me reconforta, me pongo a la tarea de escribirlo, cuidando de hacerlo con cariño, como siempre, que seguro me devuelve con creces sin él ni siquiera proponérselo, simplemente por su mera presencia a mi lado.
Este pasado fin de semana estuve en el cine viendo una película que os recomiendo encarecidamente, me encandiló con su luz, preciosa luz, "Los destellos" (2024), de Pilar Palomero, basada en el relato "Un corazón demasiado grande" (2017) de Eider Rodríguez, y con Patricia López Arnaiz, Antonio de la Torre, Marina Guerola, y Julián López. Tercer largo de esta directora tras "La maternal" (2022) y "Las niñas" (2020).
Una joven visita a su madre en el pueblo y le pide que vaya a ver regularmente y se preocupe por su padre, gravemente enfermo, dado que ella lo tiene difícil pues está estudiando en la universidad de la capital. A la madre no le apetece demasiado cuidar de su exmarido, del que lleva divorciada casi veinte años y que ya casi es un desconocido para ella. Sin embargo, el hecho de tener que acompañarle en sus peores momentos hará que ella vea con otros ojos su pasado fracaso amoroso y se centre en vivir el día a día, con el cariño de los suyos.
Excelentísima película (nota: 9), con brillantísimas (y sutilísimas) actuaciones de sus cuatro protagonistas, espléndidamente narrada en imágenes, con suma delicadeza, calidez y humanidad, sobre la vida que nos va sucediendo sin darnos cuenta y de cómo nos cambia el modo de verla ante la cercanía de la muerte, la nuestra o la de nuestros allegados, de los destellos, destellos de luz redentora, que nos dejan huella, tanto los que dejamos en los demás como estos dejan en nosotros. Nos habla de amor verdadero, de perdón, de cuidados mutuos (y circulares que revierten), que nos reconfortan y ayudan a sobrellevar los pesares. Es de esas películas que te tocan e iluminan como si fueran destellantes varitas mágicas. De verdad, id a verla, no os arrepentiréis.
Pues durante este tránsito matutino me encontré por el camino con estas dos citas de sabiduría ajena que titilaron a mi paso, las recogí y ahí os las dejo para vuestro disfrute, que a mí ya me arrebataron el alma:
- "Porque en la vida no hay más realidades que éstas: un destello de sol, un aroma de rosa, el son de una voz; y aun así de vanas y efímeras son lo mejor del mundo, lo mejor del mundo para mí". (Luis Cernuda).
- "Aunque mis ojos ya no puedan ver ese puro destello, aunque ya nada pueda devolver la hora del esplendor en la hierba, de la gloria en las flores, no hay que entristecerse. Porque la belleza siempre permanece en el recuerdo". (William Wordsworth).
Besos y abrazos,
Don.
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