¡Buenos días!
No nos vamos a engañar, ni por supuesto el verano tampoco lo hará con nosotros, que solo hace lo que tiene que hacer, pero estos días de mayor frescor no durarán y en breve volveremos a quedar atrapados en sudorosos sofocos. De momento, a disfrutar con los 32ºC de máxima prevista para hoy por los madriles y con el fresco vientecillo norteño que todavía alivia más, especialmente si te pones a la agradable sombra de estos últimos días. Y otro matutino más por el que me dejo atrapar con sus ardides... con sumo gusto.
Ayer por la tarde estuve en el cine viendo "La trampa" ("Trap", 2024), de M. Night Shyamalan, y con Josh Hartnett, Ariel Joy Donoghue, Saleka Shyamalan, Alison Pill, Hayley Mills, Jonathan Langdon, Marnie McPhail, y Vanessa Smythe. De este estupendo director y guionista había visto la gran mayoría de sus anteriores películas, a saber: "Llaman a la puerta" ("Knock at the cabin", 2023), "Tiempo" ("Old", 2021), "Glass (Cristal)" ("Glass", 2019), "Múltiple" ("Split", 2016), "La visita" ("The visit", 2015), la pésima "After Earth" (2013), "El incidente" ("The happening", 2008), "La joven del agua" ("Lady in the water", 2006), la espléndida "El bosque" ("The village", 2004), "Señales" ("Signs", 2002), "El protegido" ("Unbreakable", 2000), y "El sexto sentido" ("The sixth sense", 1999).
Un hombre lleva a su hija adolescente al concierto de su cantante favorita como premio por las magníficas notas de su curso escolar. Una vez allí, enseguida, el hombre se da cuenta de que algo raro está sucediendo, pues cada vez hay más policías en el pabellón. Indagando por aquí y por allá, consigue averiguar que es una redada policial para atrapar a un asesino en serie, del que descubrieron que asistiría a ese concierto.
Buena película (nota: 6), de suspense, con sus más y sus menos, entretenida, con la que pasar un buen rato y en la que se nos tiende una trampa (de buen prestidigitador cinematográfico), como en todas (o casi) las de su director, y en este caso especialmente dado su título, que no esconde nada, incluso diría yo que ni la trampa ni el cartón. Además, de soslayo, se nos filtran algunas interesantes reflexiones sobre esto y aquello. Con alguna excepción de película soberanamente mala (una de las que vi suyas, que no son todas), siempre me he dejado embaucar por sus historias, unas más lucidas que otras, y también, por qué no, bastante lúcidas, pero todas, salvo la salvedad anterior, muy disfrutables. Entre lo menos destacable de la película... el que parece a ratos un video promocional de su hija cantante, quizá todo un macguffin... pero bueno, ¡qué no haría un buen padre por su adorada hija!... que es justo uno de los temas de la película. Es más, casi me atrevería a decir que el protagonista es un trasunto ficcionado del propio Shyamalan (y algunas de sus neuras y traumas del pasado), y la hija su hija.
Ahora, atentos, nada por aquí, nada por allí y... ¡tachaaán!, ahí están, como si nada, como si de la nada, este par de citas de sabiduría ajena:
- "El hombre es el único zorro que instala una trampa, le pone una carnada y luego mete la pata". (John Steinbeck).
- "La mosca que no quiere ser cazada está más segura cuando se posa en el cazamoscas". (Georg Christoph Lichtenberg).
Besos y abrazos,
Don.
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