¡Buenos días!
Ruego a la atmósfera que deje de abrasarnos con tanto calor, que la canícula parece no aflojar, que tanto sol desmedido no es bueno. Seguro que, si votamos, la gran mayoría estaría de acuerdo con esto. La máxima prevista para hoy por los madriles será de 38ºC, y subiendo una pizca en días sucesivos. Tendré que salir disparado buscando el frescor allende estos lares, pero mientras tanto, medito algo disparatadamente en estos matutinos, donde respiro felicidad, lo que seguro ayudará a serenar mi ánimo mientras me aíslo de lo más accesorio.
Ayer por la tarde estuve en el cine viendo "El monje y el rifle" ("The monk and the gun", 2023), de Pawo Choyning Dorji, y con un montón de desconocidos actores locales, intuyo que no profesionales la mayoría, si no todos. Segundo largo de este director butanés tras "Lunana, un yak en la escuela" ("Lunana: a yak in the classroom", 2019).
Año 2006. Hace poco que han llegado al casi feudal reino de Bután tanto la televisión como internet. El rey decide abdicar (en su hijo), abolir la monarquía absoluta y convocar las primeras elecciones democráticas del país (instaurando una monarquía parlamentaria, lo que sucedió en 2008), para lo que el gobierno organizará simulacros de votación en todo el país para que se vaya preparando la población, recelosa de los cambios. La mismísima máxima responsable del nuevo organismo electoral, se presentará en una comunidad rural para supervisar personalmente sobre el terreno los preparativos del simulacro. Estas noticias llegan por la radio hasta el viejo y respetado lama de esa zona, que se encuentra de retiro espiritual, así que envía a su monje aprendiz para que le consiga un fusil (dos, si puede), con el (los) que poder afrontar los inminentes cambios que se avecinan. Además, un estadounidense, coleccionista de armas antiguas, llega allí buscando una muy preciada pieza con la que completar su colección.
Muy buena película (nota: 7) que me tuvo con una sonrisa de oreja a oreja, más de felicidad que de risa, que reír apenas lo hice, durante todo su metraje, mientras andaba (sentado en la butaca) totalmente intrigado en para qué carajo un pacífico lama budista, asentado en el mismo borde del nirvana, querría un fusil. Todo un cuento moral de historias cruzadas que, con mucha socarronería y desde el inocente (nada ingenuo) punto de vista de sus personajes, deja muchos de nuestros valores occidentales (democracia incluida, más cuanto más polarizada) reducidos al absurdo, sobre todo en ese mundo, donde los ejes de coordenadas son otros, lo esencial de la vida son otras cosas, viven en otra dimensión que desde aquí apenas ni vislumbramos a concebir, casi totalmente desapegados de lo material. De hecho, el humildísimo Bután está considerado uno de los países más felices del mundo, si no el que más, incluso con lo poquísimo que tienen. Para reflexionar, aprender, y hacérnoslo mirar un poquito.
Bueno, ahí os dejo estas citas de sabiduría ajena, de las que, por supuesto, podéis elegir la (o las) que mejor os acomode(n), o absteneros de ello:
- "La democracia necesita de la virtud, si no quiere ir contra todo lo que pretende defender y estimular". (Juan Pablo II)
- "La justicia se defiende con la razón y no con las armas. No se pierde nada con la paz y puede perderse todo con la guerra". (Juan XXIII).
- "Las armas son instrumentos para matar y los gobiernos permiten que la gente las fabrique y las compre, sabiendo perfectamente que un revólver no puede usarse en modo alguno más que para matar a alguien". (Giovanni Papini).
- "La democracia es la transposición de lo cuantitativo a lo cualitativo: que lo que quieren los más se convierta en lo mejor". (Enrique Tierno Galván).
- "La democracia es la peor forma de gobierno, excepto todas las demás que se han probado de vez en cuando". (Winston Churchill).
Besos y abrazos,
Don.
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