martes, 7 de mayo de 2024

No hay mal matutino...

¡Buenos días!

... que por bien no venga, ni bien que su mal no tenga... que diría el refrán o concatenación de refranes... así que da igual que llueva o haga bastante fresco y viento como en el pasado puente, o un apacible sol nada obnubilado, y que por otra parte algo me obnubila, como hoy, con 23ºC de máxima prevista por estos muy primaverales madriles, y subiendo bastante para próximos días según se prevé. En cuanto a los matutinos, los habrá mejores, y peores, pero malos, malos, ninguno, gracias creo al esfuerzo y buenas intenciones que pongo en cada uno, lo que les infunde su intrínseca bondad con la que me siento tan reconfortado cada vez que me relaciono con ellos.

Este fin de semana estuve en el cine viendo "El mal no existe" ("Aku wa sonzai shinai", 2023), de Ryûsuke Hamaguchi, y con Hitoshi Omika, Ryo Nishikawa, Ryuji Kosaka, Ayaka Shibutani, Hazuki Kikuchi, Hiroyuki Miura, Yuto Torii, y Taijiro Tamura. Es la tercera película que veo de las varias de este director japonés, tras sus dos anteriores más recientes, "Drive my car" ("Doraibu mai kâ", 2021) y "La ruleta de la fortuna y la fantasía" ("Guzen to sozo", 2021).

Un hombre y su hija de 8 años viven en una aldea de montaña relativamente cerca de Tokio. Dos empleados de una empresa que pretende construir en la zona un glamuroso camping para que los estresados urbanitas se relajen con todas las comodidades en plena naturaleza, llegan al pueblo para presentar el proyecto a los lugareños y que estos planteen sus dudas, pues necesitan de su aprobación para poder llevarlo a cabo. En la reunión queda claro que las instalaciones generarán problemas, afectando tanto a la calidad del agua de sus manantiales como a otros aspectos relativos al equilibrio ecológico.

Película (nota: 5) que a pesar de sus virtudes (formales), de su sutileza y hermosura visual, no me llegó en general, por su enigmático modo de narrar, de ritmo pausado, excesivamente para mí en este caso, como suspendido en el instante, y su muy críptico final que no llegué a entender apenas y me desconcertó sobremanera. A veces casi que me pareció una obra de arte y ensayo, de las malas, la mayoría según mi parecer, que apenas dicen nada ahogadas en sus engoladas maneras formales. Pero en otras, no muchas, sí que me dijo. Es evidente, desde luego, su mensaje ecologista y anticapitalista, al hilo de ese refranero "pan para hoy y hambre para mañana" (ahí está la maldad, en la ceguera capitalista), y que nos habla de nuestra destructiva interacción con la naturaleza. Por tanto, parece concluirse, la naturaleza no es mala, ni buena, simplemente es lo que es.

Malo sería que hoy no pusiera cita alguna de sabiduría ajena, que espero bien nos hagan:

 - "El mal está solo en tu mente y no en lo externo. La mente pura ve siempre solo lo bueno en cada cosa, pero la mala se encarga de inventar el mal".  (Johann W. Goethe).

 - "No hagáis el mal y no existirá".  (León Tolstoi).

 - "El mal existe, pero no sin el bien, como la sombra existe, pero no sin la luz".  (Alfred de Musset).

 - "Acusar a la maldad de los tiempos es excusarnos a nosotros mismos".  (Thomas Fuller).

Besos y abrazos,

Don.

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