miércoles, 22 de noviembre de 2023

Insomne matutino que pierde la enamorada cabeza

¡Buenos días!

Me parece raro. Me levanto con la sensación de haber dormido perfectamente, o casi, y no somnoliento, como suelo, con las ideas frescas y sin legañas, con la intención de superar lo mejor que pueda todos los retos que me vayan surgiendo en esta jornada que ahora comienza, con algunas nubes, no demasiado fría (todavía), ya veremos en días sucesivos, en los que se pronostica que las mínimas ya comenzarán a coquetear con la helada por los madriles, y en la que se esperan 13ºC de máxima. Y me dedico, tranquilamente, sin volverme loco, a absorber todo lo que mi realidad me ofrece, tratando de encontrar las palabras adecuadas para componer este nuevo matutino, del que seguro volveré a caer prendidamente enamorado.

Ayer por la tarde estuve en el cine viendo "Que nadie duerma" (2023), de Antonio Méndez Esparza, basado en la novela homónima (2018) de Juan José Millás, y con Malena Alterio, Aitana Sánchez Gijón, Rodrigo Poisón, José Luis Torrijo, y Manuel de Blas. Es el tercer largo (de ficción) de este director y guionista español afincado en Estados Unidos, tras "La vida y nada más" ("Life and nothing more", 2017) y "Aquí y allá" (2012).

Una mujer pierde su empleo debido a la quiebra provocada por el desfalco del propietario de la empresa en la que trabajaba como programadora informática desde hace 20 años, así que decide cambiar radicalmente de vida y convertirse en taxista. Se ha enamorado de su vecino de arriba, que no cesa de escuchar a todo volumen el aria "Nessun dorma" de la ópera "Turandot", con la que también acaba obsesionándose, y cuando ella se decide a pedirle una cita y declararse, él ya no está, ha desaparecido sin dejar rastro, así que mientras conduce por las calles de Madrid espera pacientemente a que, por casualidad, él se suba a su taxi.

Estupenda película (nota: 8), sorprendente, con un peculiar modo de narrar las descabelladas aventuras en el taxi de su solitaria protagonista (pelín esquizoide) en pos de su amor desconocido, con un punto de vista un tanto insólito y estupefacto, que aporta sensación de extrañamiento, en la que se mezcla lo real y cotidiano con lo extraordinario e imaginado, y que al final, muy al final, deviene en una inquietante de miedo. La ópera Turandot, que vi y escuché hace pocos años en el Teatro Real de Madrid, tiene mucho que ver, no solo por su más icónica aria que obsesiona a la protagonista, sino porque ella se siente cual princesa Turandot en busca de su ignoto amado. Además, por eso de la vampirización que todo autor ejerce sobre situaciones y gentes con las que se topa para crear sus obras, me recordó a otra película española, "El autor" (2017) de Manuel Martín Cuenca.

Ahora no os durmáis, atentos, que aquí están las citas de hoy de sabiduría ajena, comenzando con la letra traducida, y cantada por el tenor Luciano Pavarotti, de la archifamosa y bellísima aria "Nessun dorma" de la ópera "Turandot" de Giacomo Puccini, que mucho tiene que ver con lo narrado, de aquella manera, en la película hoy glosada:

 - "Que nadie duerma, que nadie duerma
Incluso tú, oh princesa
En tu fría estancia mira las estrellas
Que tiemblan de amor y esperanza
Pero mi misterio está encerrado en mí
Nadie sabrá mi nombre
No, no, sobre tu boca lo diré cuando la luz brille
Y mi beso disipe el silencio que te haga mía
Vete, oh noche. Ocultaos, estrellas
Venceré al amanecer
Venceré, venceré". (Nessun dorma).

 - "La humanidad se divide en aquellos que disfrutan metiéndose en la cama por las noches y aquellos a quienes les desasosiega irse a dormir. Los primeros consideran que sus lechos son nidos protectores, mientras que los segundos sienten que la desnudez del duermevela es un peligro. Para unos, el momento de acostarse supone la suspensión de las preocupaciones; a los otros, por el contrario, las tinieblas les provocan un alboroto de pensamientos dañinos y, si por ellos fuera, dormirían de día, como los vampiros".  (Rosa Montero).

 - "La literatura es una extraña máquina que traga, que absorbe todos los placeres, todos los acontecimientos de la vida. Los escritores son vampiros".  (Bernard Henri Lévy).

Besos y abrazos,

Don.

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